Una veintena de caníbales de Papúa Nueva Guinea podrían ser condenados a pena de muerte por haberse comido a siete 'brujos', a quienes culparon por exigir sexo o exorbitantes sumas de dinero a cambio de sus 'servicios'. Según el jefe policial de la provincia de Madang, Anthony Wagambie, de acuerdo con las viejas creencias de Oceanía, los acusados se unieron a una secta para atacar a personas señaladas por sus vecinos por cometer actos de "brujería". Los practicantes de ese ritual devoraron crudos los cerebros de los 'brujos' y llevaron partes de sus cuerpos, como el hígado, el corazón y los penes, a la vivienda colectiva de los varones en la aldea. "Eso es para que nuestros jefes adquieran poderes a partir de ellas", explicó uno de los detenidos y añadió que además con ello se obtendría una suerte de protección contra las balas de armas de fuego. Asimismo se informa que los acusados también prepararon sopa con los penes de los asesinados. Los detenidos explicaron que los 'brujos' cobraban muy caro por el 'tratamiento' que brindaban: una suma equivalente a 475 dólares, lógicamente exorbitante para residentes locales, o sexo. "No pensaban en que estaban haciendo algo criminal, ellos admitieron abiertamente que lo hicieron”, aseguró Wagambie. Entre los 29 detenidos figuran un chico de 13 años y un maestro de una escuela, así como siete mujeres. Las autoridades locales estiman que entre 700 y 1.000 personas practican el canibalismo en la zona. Según el diario The National que se edita en Papúa Nueva Guinea, 28 personas entre hombres y mujeres comparecerán ante el tribunal de Madang, afrontando cargos de asesinato premeditado, que prevén la pena capital en este país. Hasta el momento no se informó cuáles son los delitos que se le imputan al vigésimo noveno sospechoso.
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