sábado, 30 de junio de 2012

imagenes que superan la realidad..

Narcotráfico: imágenes reales que superan la ficción Fotos en la casa de LA BARBIE,  un NARCO de México LUEGO DE SER INCAUTADA. 
¡INCREÍBLE !!!!



Sí, eso es dinero en efectivo apilado en esa mesa al fondo!!


Solamente una pequeña colección de armas...


En efecto, es oro real en estas armas!


Oro y Titanio calibre 45 pistolas semi automáticas – encontraron 16 más como ésta


Mata en el nombre del Señor, mi hijo! Había otro par de éstas


357 Magnum semi automáticas con cachas de oro sólido.


Este tipo tenía una mayor colección de armas de lo que tiene cualquier museo.

Solo una pequeña mansión en las Colinas – El dinero de la droga lo compró todo.


Caverna artificial, jacuzzi y tina caliente dentro de la casa.


Una colección de animales exóticos.

7 Leones estaban en la propiedad


Un tigre albino muy exótico

La piscina en el patio trasero


Exótica colección de arte – algunos de los cuales es illegal poseer – otros robados

¡Simplemente lo quemaron todo!- menos lo incautado, claro!


¡Más armas de las que usted jamás pudiera imaginar!

¡Esta montaña de efectivo suma cerca de 22 millones de dólares!

Desde otro ángulo

Las armas estaban escondidas por toda la casa junto con una gran cantidad de armas y municiones.

Grandes montañas de dinero en efectivo fueron encontrados en cada rincón posible

Este maleta está llena de billetes de 100 dólares, sumando un estimado de medio millón.

18 recipientes plásticos llenos con billetes de 100 dólares fueron encontrados.

Otro gabinete repleto con efectivo. Todos billetes de 100 dólares.

Más billetes de 100 dólares

Cada una de estas pilas de 100 es de $250,000.

También tenían millones en dinero colombiano y pesos mexicanos.
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Ametralladoras, armas y pistolas – la mayor parte jamás disparadas, solamente coleccionadas.

El dinero y valores encontrados solo en esta casa hubiera sido suficiente para pagar un seguro de salud para cada hombre, mujer y niño en México durante 20 años. 

Se cree que hay aproximadamente unas 27 casas más de éstas solamente en México, sin mencionar las otras en otros países, que se están enriqueciendo del comercio de la droga. 

Estas personas tienen tanto dinero que hacen que los jeques árabes del petróleo se vean como mendigos. 
Su dinero puede comprar a los mejores politicos, los mejores policías, los mejores jueces, lo que sea que necesiten, ellos únicamente tiran los montones de efectivo y lo compran. Esta es la razón por la cual el problema de la droga es tan difícil de combatir.

 

..ultimatun a Iran..

  El Ministro de Israel para asuntos estratégicos, Moshe Yaalon, ha dado a Irán un ultimátun: O desmantelan definitivamente el plan nuclear o tendrán que sufrir una guerra.

Este ministro israelí instó a la comunidad internacional, y especialmente a los Estados Unidos a forzar a Irán a hacer frente al problema abortando su plan nuclear. Dicho plan, según Estados Unidos, Israel y otros paises occidentales, tiene objetivos militares clarísimos.

Moshe Yaalon aclara que la política de Israel hacia el plan nuclear de Irán es muy concreta: "tiene que terminar de una manera o de otra". Si bien subrayó que las medidas económicas y el aislamiento internacional son medidas muy efectivas, reiteró no obstante que emprender acciones militares es una alternativa muy real que como último recurso está "sobre la mesa"
Si bien el presidente iraní sigue insistiendo en que su plan nuclear persigue fines pacíficos, la presión occidental sobre Irán va en aumento. Recordemos aquel informe de la OEA presentado el pasado mes de noviembre según el cual Irán podía haber fabricado ya armas nucleares. Dicho informe ocasionó una nueva e intensa serie de sanciones internacionales.



El lunes 12 de diciembre, el Congreso de los Estados Unidos  autorizó nuevas sanciones contra el Banco Central de Irán. Estas nuevas sanciones fueron apoyadas por todos, demócratas y republicanos. Por otro lado, Europa  también está trabajando en la elaboración de nuevas sanciones contra Irán.


Entre tanto, Rusia afirma que el plan atómico iraní carece de propósitos militares y que los informes de la ONU tienen claro matiz político. Moscú insiste en que aún se puede dialogar con Irán, al tiempo que advierte que las sanciones son demasiado duras.

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Así van las cosas, algunos de los seres humanos que pueblan este triste hormiguero humano, se ven con poder en las manos. Con un poder desmesurado. Cómo se puede llegar a tener ese poder es algo que no nos ocupa en este momento, si bien es un asunto interesante. El punto sobre el que quiero relfexionar ahora es:

¿ Por qué personas con un nivel de inteligencia alto se ocupan de caminar hacia la auto-destrucción en lugar de hacerlo hacia la paz?


Es una pregunta interesantísima que vale la pena hacerse. Puesto que los mandatarios de las naciones no son precisamente (salvo excepciones) pobres "tontos de baba" sino que al contrario, han necesitado demostrar una alta capacidad en un sentido u otro para ocupar sus puestos de poder, es dificil comprender cómo es posible que siendo conscientes de la situación por la que el mundo está pasando continúen enzarzados en viles disputas cuya única consecuencia puede ser, y de hecho será, el desastre.

Este despropósito encuentra posibles respuestas convincentes en el hecho de que no son ellos o ellas los que mueven los hilos de la actualidad global. Más bien son pobres marionetas cuyos hilos son perversamente movidos por los verdaderos poderosos en la sombra.
Según esto, surge inmediatamente la segunda cuestión: ¿Son los mandatarios conscientes de su papel de simples actores obedeciendo un guión? En mi opinión, lo son. Al menos los más importantes dentro del devenir planetario. Es obvio que algunos mandatarios son meras marionetas, pero no podemos decir lo mismo de otros, como es el caso de los presidentes de las grandes potencias. Que nadie me cuente que Obama, por ejemplo, es ajeno a "la gran trama".  O que Netanyahu y Ahmadineyad ignoran el hecho de que están llevando al mundo por el camino de la tercera guerra mundial. Por supuesto que lo saben. ¡Y no hacen nada por evitarlo! Al contrario, ponen día a día su granito de arena para avanzar irremediablemente hacia una gran conflagración.

Ante estos hechos poco nos queda por hacer al común de los mortales, salvo adentrarnos en el sendero individual del despertar de nuestras conciencias para afrontar los terribles acontecimientos venideros con un estado interior de paz y sabiduría. Lo malo no es morir, ya que es el umbral que todos vamos a cruzar. Lo malo es morir en la oscuridad y la ignorancia.
                
Israel busca apoyos para atacar a Irán. El Reino Unido y los Estados Unidos se preparan para esta guerra. ¿No ven ustedes con claridad que todo lo sucedido a raiz del 11S 2001 responde a un plan meticuloso y perverso para llevar a la humanidad al terror de una guerra global?... La primavera árabe, contrariamente a como nos pretenden hacer creer, ha sido una maniobra vil de toda esta trama. No ha sido revolución popular, no ha sido avance hacia la democracia. Esa plaga de langosta abominable que nos presentan como salvadora de la humanidad, es en realidad un castigo, una desgracia que por donde pasa siembra el pánico, el caos, la destrucción.

              
La humanidad está atravesando momentos absolutamente críticos.

Del mismo modo que los habitantes del mundo del siglo XIV no podían siquiera imaginar los cambios que en pocas décadas iban a llegar, desde la expansión de Europa hacia América hasta la ruptura de la cristiandad, hechos que cambiaron la fisionomía de la civilización, tampoco ahora las personas son capaces de vislumbrar los cambios por los que estamos atravesando. Y mucho menos aún a la velocidad a la que están sucediendo.

Es más que probable que en el plazo de muy pocos años Occidente, y con Occidente el resto del mundo, haya cambiado tan dramáticamente que los que hoy habitamos el planeta no podamos reconocer el fruto de tan definitiva metamorfosis.
            

Este cambio puede ser analizado usando argumentos de distinto tipo, es más, debe ser analizado usando fuentes de análisis diferentes. Es necesario abordar la realidad del momento en que vivimos a la luz de la ciencia, a la luz de la espiritualidad, y a la luz de las distintas disciplinas geo-político-sociológicas para entender el cambio global.


No debemos olvidar el hecho de que "hay quien gobierna y hay quien es gobernado". Estos últimos, "los gobernados", constituyen una enorma masa da carne inconsciente que cree lo que le cuentan, que cree que sabe, que se siente importante. Dentro de este grupo los hay incluso que se creen que gobiernan, como los políticos.
               
Por otra parte, "los que gobiernan" están conformados por una reducida élite de seres (no tan dormidos e inconscientes como los gobernados), que saben con precisión cuales son sus objetivos y no dudan en aplicar cualquier medio para conseguirlos. Para este reducido grupo de seres, la masa humana inconsciente es algo sin valor alguno, un consumo innecesario y masivo de recursos vitales al que hay que poner coto.

Esto que escribo puede parecer muy loco, pero ya tengo medio siglo de vida dedicada a la investigación, al análisis y al estudio de la realidad del ser humano y tengo el convencimiento de que lo expresado en esta nota es cierto.

A partir de esta idea se desarrollan los inumerables hechos que la mayoría de nosotros aborrece y se levanta el mundo de injusticia y opresión en el que vivimos.

Hay una gran cantidad de teorías conspirativas, algunas fundamentadas, otras no, como el tan traido y llevado asunto del "Gobierno Mundial", del "Nuevo Orden Mundial". A la sombra de este laberinto de teorías surge la confusión. Tanto es así que he detectado flotando a la deriva en este océano de datos que es Internet, fragmentos de información vital para la supervivencia de la humanidad. Verdaderas joyas de la sabiduría universal enfangadas en el lodo de la ignorancia, mezcladas con todo tipo de basura intelectual. Y "los que gobiernan" saben que tan preciosa información, contraria a sus maquiavélicos planes e intereses, se vuelve inocua e inútil cuando se muestra a la dormida conciencia de la gente. es más, esos perversos en la sombra saben que les conviene que "la verdad" aparezca ante nuestros ojos mezclada y confusa, para que no la reconozcamos, para que la equiparemos con la demás basura.

Yo les digo,¡ DESPIERTEN !

Porque tengo el convencimiento de que estamos sumidos en un proceso único de cambio que no podemos apreciar a simple vista pero que es tan grande como no se ha conocido en decenas de miles de años.
                                     
Porque dicho proceso de cambio va a ser muy traumático y  quien no esté fuerte interiormente  para afrontarlo no va a poder aprovechar la parte positiva de la energía que dicho proceso libera.

¿Que cómo prepararse?  Bueno, lo primero es entender que nada importa en realidad, y que lo que menos importa de todo es uno mismo. Si llegamos a entender de verdad ésto, podemos empezar a vivir cada instante de cada día no en función de nuestro propio ego, sino en función de nuestra conciencia.

El ego es aquella parte de nuestra persona que cuida de sí mismo como prioridad absoluta.

La conciencia es la luz, la libertad y la paz interior que más allá de los afectos y de la mente se encuentra prisionera dentro de nuestro propio ego.

Para dar siquiera algún pequeño paso en contra del ego y a favor de la conciencia, hay que trabajar mucho, ya que tan solo el hecho de entender (no con la mente sino con la totalidad de nuestro ser) lo que son el ego y la conciencia puede llevarnos mucho tiempo y esfuerzo.

Para empezar a trabajar, hay que observarse a sí mismos de instante en instante. ¿Quien debe observar a quien? La conciencia debe observar todo lo demás. Y puesto que la conciencia está más allá de los afectos y la mente, cualquier idea acerca de "me estoy observando" es camino equivocado.
               
Es urgente practicar meditación entendida como un estado de relajación profunda en el que la mente y los sentimientos abandonan toda actividad para que en medio de tan majestuoso silencio se pueda manifestar la conciencia.

Cuando sucede ese pequeño milagro, cuando la conciencia surge de su prisión egoica, adviene a nosotros lo nuevo, aquello que no se puede explicar, y entonces experimentamos la verdad.

La verdad nadie la encuentra en libros, en conferencias, en Internet. La verdad está más allá de nuestro ego, y la conciencia es el sentido que nos pone en contacto con ella. Buscad la verdad y ella os hará libres, nos dijeron.

Sólo por este sendero de muerte del ego y expansión de la conciencia podremos por un momento al menos sentir en la totalidad de nuestro ser si vale o no vale la pena haber nacido.

Entre tanto, la civilización sigue caminando con paso firme hacia su propia auto-destrucción. Y "los que gobiernan" piensan que sobran varios miles de millones de personas en el mundo...

La Genesis de la guerra..

La guerra es el estado y patrimonio naturales del hombre evolutivo; la paz es el metro social que mide el progreso de la civilización. La violencia es la ley de la naturaleza; la hostilidad, la reacción automática de los hijos de la naturaleza; mientras la guerra no es sino esto mismo llevado a una expresión colectiva. Donde y cuando la estructura de la civilización se sobrecarga debido a las complicaciones del progreso de la sociedad, siempre resulta una reversión ruinosa e inmediata a estos primitivos métodos de adaptación violenta de las irritaciones de las interasociaciones humanas.

La guerra es una reacción bestial ante malentendidos e irritaciones; la paz resulta de la solución civilizada de todo problema y dificultad de esta índole.



Pero no podía existir el fenómeno de la guerra hasta tanto no evolucionara la sociedad lo suficiente como para experimentar de hecho períodos de paz y para sancionar el proceder belicoso. El concepto mismo de la guerra implica cierto grado de organización.
                                 
Con el surgimiento de las agrupaciones sociales, las irritaciones personales se fueron sumiendo en los sentimientos del grupo, lo cual fomentó la tranquilidad tribal interna, pero a costa de la paz intertribal. Así pues, la paz se disfrutó primero dentro del grupo interno, o tribu, que siempre tenía aversión y odio contra el grupo externo, los forasteros. El hombre primitivo consideraba que derramar sangre foránea era una virtud.

Mas, en un principio, ni siquiera lo susodicho dio resultado. Cuando los caciques primitivos intentaban allanar malentendidos, se veían en la necesidad a menudo de permitir los combates tribales a pedradas por lo menos una vez al año. El clan se dividía en dos grupos que libraban una batalla de sol a sol, sin otro motivo que el puro gusto de hacerlo; la verdad es que les gustaba pelear.
                                            
La guerra perdura porque el hombre es humano, evolucionó de un animal, y todos los animales son belicosos. Figuran entre las primitivas causas de guerra:

1. El hambre —que llevó a saqueos de alimentos. La escasez de tierras siempre provocó guerras, y durante estas luchas, las tribus pacíficas primitivas fueron prácticamente exterminadas.

2. La escasez de mujeres —un esfuerzo para aliviar la escasez de ayuda doméstica. El rapto de mujeres siempre ha sido motivo de guerra.

3. La vanidad —el deseo de exhibir valentía tribal. Algunas tribus peleaban para imponer su modo de vida a otros pueblos .

4. Los esclavos —la necesidad de reclutas para los sectores laborales.

5. La venganza era motivo de guerra si una tribu creía que otra tribu vecina había ocasionado la muerte de uno de los suyos. Se seguía guardando luto hasta tanto se trajera una cabeza de vuelta. La guerra de venganza fue aceptable hasta tiempos relativamente recientes.

6. El esparcimiento —los jóvenes de estos tiempos primitivos consideraban la guerra como una forma de diversión. Si no surgía ningún pretexto válido y suficiente para guerrear, y si les agobiaba la paz, las tribus cercanas acostumbraban entablar combates semicordiales, efectuando excursiones de carácter festivo a fin de disfrutar de un simulacro de batalla.

7. La religión —el deseo de hacer conversos al culto. Todas las religiones primitivas sancionaban la guerra. Apenas en los tiempos recientes comenzó la religión a desaprobar la guerra. Los sacerdocios primitivos, desafortunadamente, solían estar aliados con el poder militar. Entre las grandes gestiones pacificadoras que se han logrado a través de las edades figura el esfuerzo para separar la iglesia del estado.
                                     
Estas tribus antiguas siempre libraban guerras a instancias de sus dioses o por orden de sus caciques o curanderos. Los hebreos creían en un «Dios de las batallas»; y la narración de la invasión de los madianitas es un relato típico de la atroz crueldad de las guerras tribales antiguas; dicho asalto, en el cual se hizo una matanza de todos los varones y, posteriormente, de todos los niños varones y mujeres que no eran vírgenes, no habría sido desmerecedor de las costumbres de un cacique tribal de doscientos mil años antes. Y todo lo referido se ejecutaba en el «nombre del Señor Dios de Israel».

Ésta es la narración de la evolución de la sociedad —la resolución natural de los problemas de las razas— el hombre forjando su propio destino en la tierra.
La compasión castrense ha tardado en llegar al género humano. Incluso cuando una mujer, Débora, regía a los hebreos, persistió la misma crueldad en gran escala.

Las guerras primitivas se peleaban entre las tribus completas; pero en épocas posteriores, al trabar una disputa dos individuos de tribus diferentes, en vez de que lucharan las dos tribus, los dos disputadores se batían en duelo. También llegó a ser costumbre que dos ejércitos se lo jugaran todo según el resultado de una contienda entre representantes seleccionados de cada lado, tal como fue el caso de David y Goliat.

El primer refinamiento de la guerra fue la toma de prisioneros. A continuación, se eximió a las mujeres de las hostilidades, y luego vino el reconocimiento de los no combatientes. No tardaron en desarrollarse castas castrenses y ejércitos permanentes para mantenerse a tono con la creciente complejidad del combate. Pronto se les prohibió a estos guerreros asociarse con mujeres, y hace mucho tiempo que las mujeres cesaron de luchar, si bien vienen alimentando y cuidando a los soldados e instándoles a batallar.
                                            
La práctica de declarar la guerra representó gran progreso. Estas declaraciones de una intención de guerrear simbolizaron la llegada de un sentido de justicia, seguido por el desarrollo gradual de los reglamentos de la guerra «civilizada». Muy pronto se hizo costumbre no combatir cerca de sitios religiosos y, aún más adelante, no combatir en ciertos días sagrados. Luego vino el reconocimiento general del derecho de asilo; los fugitivos políticos recibieron protección.

De este modo evolucionó paulatinamente la guerra, de la caza primitiva al hombre hasta el sistema un tanto más ordenado de las naciones «civilizadas» de épocas posteriores. Pero una actitud social cordial tarda mucho tiempo en desplazar la actitud hostil.
EL VALOR SOCIAL DE LA GUERRA

En épocas pasadas una guerra enconada instituía cambios sociales y facilitaba la adopción de nuevas ideas, cosa que no se hubiera producido en forma natural en diez mil años. El precio terrible que hubo que pagar por estas ciertas ventajas traídas por las guerras, fue que la sociedad fue arrojada temporalmente de vuelta al salvajismo; la razón civilizada tuvo que abdicar. La guerra es potente medicina, muy costosa y peligrosísima; aunque sirve a menudo para curar ciertos males sociales, algunas veces mata al paciente: destruye la sociedad.

La necesidad constante de la defensa nacional produce muchas adaptaciones sociales nuevas y avanzadas. La sociedad, hoy por día, goza del beneficio de numerosas innovaciones útiles que, originalmente, eran totalmente militares, e incluso le debe a la guerra la danza, cuya forma primitiva fue un ejercicio militar.

La guerra ha tenido valor social para las civilizaciones pasadas por cuanto:

1. Imponía disciplina, exigía cooperación.

2. Premiaba la entereza y la valentía.

3. Fomentaba y solidificaba el nacionalismo.

4. Destruía los pueblos débiles y no aptos.

5. Disolvía la ilusión de la igualdad primitiva y estratificaba selectivamente la sociedad.

La guerra ha tenido cierto valor selectivo y evolutivo pero, como la esclavitud, debe abandonarse en algún momento a medida que avanza poco a poco la sociedad. Las guerras antiguas promovieron los viajes y los intercambios culturales; ahora sirven mejor para estos fines los métodos modernos de transporte y comunicación. Las guerras antiguas fortalecieron las naciones, pero las luchas modernas trastornan la cultura civilizada. La guerra antigua resultó en el diezmar de las gentes inferiores; el resultado neto del conflicto moderno es la destrucción selectiva de las mejores cepas humanas. Las guerras primitivas promovieron la organización y la eficiencia, pero ahora éstas han llegado a ser el objetivo de la industria moderna. En edades pasadas la guerra fue un fermento social que impulsó la civilización hacia adelante; dicho resultado hoy día se logra mejor mediante la ambición y la invención. La guerra antigua respaldaba el concepto de un Dios de las batallas, pero al hombre moderno se le ha dicho que Dios es amor. La guerra ha servido para muchos objetivos valiosos en el pasado, ha sido un andamiaje indispensable en la edificación de la civilización, pero va quedando en la bancarrota cultural a paso acelerado —incapaz de producir dividendos de beneficio social de alguna forma proporcionales a las cuantiosas pérdidas que resultan de su invocación.

En épocas pasadas los médicos creían en la sangría como cura de muchas enfermedades; pero posteriormente descubrieron mejores remedios para la mayoría de estas dolencias. De igual manera, el derramamiento de sangre internacional de la guerra, indudablemente, ha de ceder el paso al descubrimiento de mejores métodos de curar los males de las naciones.

Las naciones de Urantia ya han entablado la gigantesca lucha entre el militarismo nacionalista y el industrialismo, y en muchos aspectos, este conflicto es análogo a la lucha secular entre el pastor-cazador y el labriego. Pero si el industrialismo ha de triunfar sobre el militarismo, tiene que evitar los peligros que lo acechan. Los peligros de la industria incipiente en Urantia son:

1. La fuerte tendencia al materialismo, la ceguera espiritual.

2. El culto al poder de las riquezas, la deformación de los valores.

3. Los vicios del lujo, la inmadurez cultural.

4. Los cada vez mayores peligros de la indolencia, la insensibilidad al servicio.

5. El desarrollo de una indeseable debilidad racial, el deterioro biológico.

6. La amenaza de la esclavitud industrial generalizada, el estancamiento de la personalidad. El trabajo ennoblece pero la monotonía entorpece.

El militarismo es autocrático y cruel —salvaje. Promueve la organización social entre los conquistadores pero desintegra a los vencidos. El industrialismo es más civilizado y debe llevarse a efecto de tal modo que promueva la iniciativa y fomente el individualismo. La sociedad debe, en todo lo posible, fomentar la originalidad.

No cometáis el error de glorificar la guerra; más bien, discernid lo que ha beneficiado a la sociedad a fin de poder visualizar con más precisión lo que las alternativas deben ofrecer para continuar el progreso de la civilización. Y si no se ofrecen tales alternativas adecuadas, entonces no dudéis que las guerras continuarán durante mucho más tiempo.

El hombre nunca aceptará la paz como modo normal de vida hasta tanto no se haya convencido cabal y reiteradamente de que la paz le conviene más para su bienestar material, y hasta que la sociedad, juiciosamente, no haya ofrecido alternativas pacíficas para la satisfacción de aquella tendencia inherente a descargar periódicamente el impulso colectivo que sirve para liberar aquellas emociones y energías, que se acumulan constantemente, y que pertenecen a las reacciones de la autopreservación de la especie humana.

Pero aunque sea de paso, se le debe rendir honores a la guerra en su calidad de escuela de experiencia, que constriñó a una raza de arrogantes individualistas a someterse a una autoridad sobremanera concentrada —a un ejecutivo supremo. La guerra a la antigua seleccionaba para el liderazco a hombres de grandeza innata; la guerra moderna, sin embargo, ya no hace otro tanto. Para descubrir a sus líderes, la sociedad actual debe recurrir a las conquistas de la paz: la industria, la ciencia y el logro social.