El escritor estadounidense Steve Alten, cuyas dos últimas novelas giran en torno a una supuesta profecía maya del fin del mundo en 2012, cuando termina el calendario de dicha cultura, aseguró en México que esto se refiere al fin de una era histórica y no al fin de la humanidad.
Durante la presentación en este país de El testamento maya y La resurrección maya, la primera y segunda parte de una tetralogía cuyo tercer tomo apenas está comenzando a escribir, Alten (Filadelfia, 1959), doctor en medicina deportiva, indicó que el 21 de diciembre de 2012 es “un punto de no retorno” para la humanidad, aunque no necesariamente significará el fin de la especie.
“Obviamente no sé qué es lo que va a pasar, pero creo que puede ser un cambio interno y externo en el ser humano, aunque no necesariamente físico”, trató de explicar durante la presentación que se realizó en el Museo Nacional de Antropología. Indicó que tras un periodo de oscuridad, llega un periodo de luz, por lo que 2012 puede ser un cambio a positivo.
Citó como ejemplo los ocho años de Gobierno en Estados Unidos de George W. Bush, en su opinión los años más “oscuros” de su país, que fueron seguidos por la elección del primer presidente afroamericano del país, Barack Obama.
Alten indicó que en 2012 volverá a haber elecciones en su país, y que él espera que Obama sea reelegido para seguir haciendo “los grandes cambios que son necesarios”.
En su opinión este cambio en el ser humano tiene que pasar por recurrir más a la espiritualidad, ser más ecológicos y “amar más”.
“Es importante no tomar el fin del calendario maya como una profecía del fin del mundo, sino buscarle lo positivo”, dijo, aunque después indicó que en su opinión y según la cultura maya la humanidad es cíclica y está condenada a repetir los errores del pasado hasta que se encuentre la solución al problema.
Dijo que algunas teorías apuntan a que el ocaso de esta civilización se debió al fin de los recursos, y que lo mismo está pasando en la actualidad, con la utilización de energías fósiles.
Dijo que algunas teorías apuntan a que el ocaso de esta civilización se debió al fin de los recursos, y que lo mismo está pasando en la actualidad, con la utilización de energías fósiles.
Agregó que si la especie humana no se quiere extinguir, tendrá que reducir su número en el corto plazo de los 6 mil millones de personas que habitan ahora La Tierra a 500 millones.
Además, señaló, que aquellos que sobrevivan serán los que sepan producir su propio alimento, y por tanto serán los indígenas y campesinos.
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