Hay personas, de las que aparecen en la Biblia, que todavía están vivos en nuestro tiempo. De estas personas con vida permanente, hay dos clases:
- Los transferidos, y
- Los Resucitados
Los transferidos son aquellos que en su día fueron transportados a otro lugar estando ellos vivos. Es el caso por ejemplo del antiguo profeta Enoc, o también del profeta Elías. Dios Yahveh amaba sobremanera a estos seres humanos, y los preservó de la muerte. De modo que Enoc fué transportado vivo a otro lugar, en donde hasta el día de hoy, sigue igualmente vivo, plenamente activo, joven y feliz, y continuará estando vivo por siempre, sin morir jamás.
Es lógico deducir que en la ejecución de estas transportaciones sobrenaturales intervienen los ángeles de Dios.
En el caso del profeta Elías, fué llevado lejos por el aire, en un carro de fuego, y no volvió más al mismo lugar del que fué tomado. Un carro de fuego no es ni más ni menos que un ovni, un objeto volador que viaja por el aire y cuya procedencia y composición ignoramos. La historia de Elías es recogida por la Biblia en el libro primero de Reyes cap 17 y 21, y en 2ª Reyes cap 1 y 2.
Resucitados hubo muchos, antes del tiempo de Jesús, durante su ministerio, y después de Jesús.
Por ejemplo, se conoce el caso en el Viejo Testamento, del profeta Elías precisamente, que resucitó al hijo de una viuda, en 1ª Reyes cap 17 vers 17 al 24.
En el Nuevo Testamento, en Marcos cap 5 vers 42, se habla de una niña a la que Jesús resucitó.
Y en la Biblia existen otros muchos casos de resurrecciones, como el caso famoso de Lázaro, o las resurrecciones que ordenaron los apóstoles de Jesús, o incluso el propio caso de Jesucristo.
En el pasaje de Lucas cap 24 vers 36 al 49, se narra la aparición de Jesús a sus discípulos. Jesús reaparece en carne y hueso:
Hemos visto que en estos dos casos mostrados, el de la niña que resucitó Jesús y en el caso del propio Jesús, ambos resucitados necesitan comer algo urgentemente; esto es debido a que el cuerpo que ha sido resucitado es ya un nuevo cuerpo y como tal no tiene absolutamente nada de alimento en su interior, y necesita aportar nutrientes cuanto antes.
Ahora, llegados a este punto, tenemos una pregunta interesante:
¿Un hombre que ha sido resucitado por el Todopoderoso Dios Padre Yahveh, mediante la orden que le ha dado Jesucristo, puede morir de nuevo? ¿Está en condiciones de morir otra vez?
En mi opinión personal, No.
Porque lo curioso es que en la Biblia no existe ningún pasaje ni versículo alguno en donde se diga que alguno de los resucitados volviese a morir. Ni el propio Jesús volvió a morir, ni morirá ya jamás, ni ninguno de los resucitados debe de morir de nuevo. Porque, ¿es posible que si Jesús resucita a un muerto, con el poder sobrenatural de Dios, se vuelva a morir al cabo de un tiempo de forma natural? ¿Acaso tan poco tiempo duraría el poder de Dios? Pues no parece factible que esa persona vuelva a morir. La razón de este hecho lo explica bien el texto que escribió el apóstol Pablo en su carta a los hebreos:
La Biblia nos enseña que es imposible que un ser humano pueda morir una segunda vez, varias veces, o más de una vez. El ser humano solo puede morir una sola vez, como dice el apóstol Pablo.
El que ya ha muerto, una vez, ya está libre y no tiene por qué seguir viviendo en pecado ni en condenación, y no tiene por qué morir de nuevo; ha quedado liberado para vivir en plenitud. El que ya ha muerto, ya ha pagado, y no tiene que volver a pagar más. El versículo es claro y contundente. Es un versículo muy importante.
Esas personas que resucitaron en los tiempos bíblicos, debieron de vivir su vida más o menos normal, y pasado ya un tiempo, una serie de años, en un momento determinado, fueron transportados a un lugar seguro, en donde pudieran continuar viviendo sin problema alguno.
Entonces, surge la pregunta:
¿Dónde están los Resucitados, que fueron resucitados en su día, en tiempos de Jesús y de toda la Biblia? ¿Y dónde están igualmente los transferidos o transportados vivos?...
Obviamente, nadie excepto el propio Dios Padre Yahveh tiene la respuesta exacta, pero podemos deducir que el lugar más idóneo en donde deben de estar todas estas personas, tanto los transferidos vivos, como los resucitados, es en el mundo maravilloso y lleno de vida que existe en el Interior Hueco de la Tierra; un mundo que tiene dos aberturas, una en cada uno de los polos de la Tierra, y cada una de estas aberturas tiene más de 1.000 kilómetros. Y en el centro de la Tierra hueca existe un Sol, pero de menor tamaño, y que alumbra constantemente.
Se trata de un lugar protegido en donde habitan millones de seres santos, evolucionados, y que está llamado a tener una gran importancia en el Final de los tiempos. Es aquí en donde viven todas estas personas que fueron preservadas, por un motivo u otro, por el Creador del Universo, el Dios Padre Yahveh. Este es el lugar más cercano, más lógico y más ideal para ellos.
El caso de Jesús es un caso único y exclusivo, diferente a los casos de estas personas que viven siempre, por ser el hijo de Dios, y está en el Tercer Cielo, sentado a la diestra del Dios Padre, hasta que llegue la hora de su 2ª Venida a la Tierra.
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