lunes, 22 de octubre de 2012

algunas miserias de la CIA

Kennedy ya tenía redactado el discurso declarando 'la Tercera Guerra Mundial' Revelado el texto del discurso del presidente John F. Kennedy que anunciaba la intervención a gran escala en Cuba Kennedy ya tenía redactado el discurso declarando 'la Tercera Guerra Mundial' Hace justo medio siglo, durante la Crisis de los Misiles, el presidente John F. Kennedy tenía un discurso preparado en el que anunciaba la intervención a gran escala en Cuba. "Mis conciudadanos; con el corazón encogido y en cumplimiento necesario de mi juramento", eran las palabras con las que comenzaba el discurso que estaba dispuesto a pronunciar JFK en plena Crisis de los Misiles. El borrador de este texto que hubiera podido suponer el inicio de un proceso que sumiría al mundo en un cataclismo nuclear, fue encontrado en el archivo personal de Robert F. Kennedy, el hermano del presidente y en aquel entonces fiscal general de EE.UU. La crisis de los misiles de Cuba comenzó hace 50 años, pero incluso en la actualidad la humanidad sigue descubriendo cuán cerca se encontró del 'armagedón' nuclear durante esos 13 días de tensión. El discurso estaba preparado, según desvela el periódico 'The Daily Mail', para ser leído horas después del comienzo de las hostilidades: "Mis conciudadanos; con el corazón encogido y en cumplimiento necesario de mi juramento, he ordenado, y la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha llevado a cabo, la operación militar con armas convencionales únicamente para eliminar las armas nucleares que se han acumulado en grandes cantidades en el territorio de Cuba". Estos textos fueron hallados, junto con numerosas reflexiones del presidente Kennedy, en el archivo personal de Robert F. Kennedy, el confidente más cercano de su hermano.  el profesor de la Universidad de Harvard y especialista en la historia de la Crisis de los Misiles en Cuba Graham Allison escribe en el Christian Science Monitor que un ataque estadounidense habría sido un detonador casi seguro de la Tercera Guerra Mundial, que habría costado, según las previsiones más optimistas, cientos de millones de vidas, cuando no la total desaparición de la especie humana. Entre otras cosas, en los archivos de RFK se encuentra un plan detallado de intervención, ofrecido por el secretario de Defensa, Robert McNamara. El plan establecía el bombardeo de Cuba en 500 misiones de combate y luego la invasión con 90.000 soldados, si los buques soviéticos rompieran el bloqueo y llevaran a la isla, a 90 millas de la costa de Florida, misiles nucleares estratégicos. "Si entramos, entramos duro", escribió RFK. El hermano de JFK garabateó estas notas durante una reunión dedicada a un posible ataque aéreo a Cuba. “¡La invasión debe llevarse a cabo!", fue el mensaje de McNamara. El Profesor Allison cree que las tropas soviéticas habrían respondido a una invasión atacando a naves estadounidenses con misiles nucleares tácticos. El mando militar de EE.UU. no estaba informado de que estas armas nucleares ya estaban en la isla. Los documentos de RFK revelan que este finalmente no fue el desenlace del conflicto, sólo porque John F. Kennedy y el líder soviético Nikita Jruschov se dieron cuenta de la gravedad de lo que estaba por venir.  La crisis de los misiles: La guerra nuclear que nunca estalló.El 14 de octubre de 1962 un avión espía de EE.UU. descubrió que la URSS había instalado secretamente sus misiles balísticos de medio alcance P-12 en Cuba, lo que llevó a un conflicto entre las dos superpotencias y puso al planeta al borde de la Tercera Guerra Mundial.

Se supone que el motivo del paso soviético fue que Moscú intentó restaurar la paridad nuclear en el mundo, después de que EE.UU. instalara en 1961 contra la URSS sus misiles balísticos de mismo alcance, PGM-19, en Turquía.

Al descubrir los misiles soviéticos, Washington, liderado por John Fitzgerald Kennedy, realizó un bloqueo militar contra Cuba cercándola con su flota y aumentando el número de sus tropas y aviones cerca de la isla. Sin embargo, después de 13 días de tensión y varios incidentes armados, las partes lograron resolver la crisis mediante negociaciones.

La URSS, liderada por Nikita Jruschov, le ofreció a EE.UU. el desmantelamiento y retiro de misiles soviéticos a cambio de que Washington no atacara a Cuba y eliminara el bloqueo, condiciones que Estados Unidos acpetó. Además, Washington retiró luego sus misiles de Turquía. Así el mundo se salvó de una guerra atómica a escala mundial.Se cumplen cincuenta años de la crisis de los misiles cubanos que llevó la tensión entre la URSS y EE.UU. hasta el máximo. El reportaje de nuestra corresponsal María Stárostina nos acerca la visión de algunos testigos de aquel momento decisivo de la diplomacia. José Testón ha vivido en este lugar los últimos 20 años. 
  primera vista, es una zona rural como cualquiera; sin embargo, este agricultor cubano cree que como esta no hay otra tierra en toda la isla. “Para mí la importancia que tiene eso fue que ahí era la protección de Cuba por la Unión Soviética. Entonces yo creo que es un lugar histórico”, opina José. En 1962 en Pinar del Río, provincia occidental de Cuba, se alojaba uno de los regimientos soviéticos que se habían desplazado para proteger la isla de una posible invasión norteamericana. En aquel entonces, la Mayor de las Antillas era un joven Estado socialista que acaba de resistir un intento de cambio de poder. Tras el fracaso en la playa Girón, Washington empezó a preparar una nueva operación. Cuenta Néstor García Iturbe: “Los planes eran después de la derrota de playa Girón venir a invadir, pero con el Ejército de Estados Unidos y las fuerzas armadas de Estados Unidos. Por eso se hizo una operación por parte de la CIA, que se llamó la operación Mangosta, para tratar de matar a los dirigentes nuestros, principalmente a Fidel, y habiendo ya acabado con nuestro Gobierno, poder invadir, según creían ellos, con mayor facilidad”. Los dirigentes de la Unión Soviética estaban encantados de tener a un aliado del campo socialista en pleno hemisferio occidental y también querían avanzar en la llamada carrera armamentista.  para apoyar a los revolucionarios, Moscú les ofreció desplegar misiles nucleares en su territorio de forma secreta. Fidel Castro estaba en contra de esta operación, pero finalmente accedió. A Moscú le tocaba trasladar a unos 40.000 militares junto a los arsenales atómicos por el océano Atlántico sin que la CIA lo notara. Según el general retirado de servicios secretos rusos Nikolái Leónov, “no tenían derecho a salir a cubierta para coger aire. Pequeños grupos salían cuando otros entraban. Pero para ello los soldados se ponían blusas de mujeres y pañuelos para imitar a campesinos. En las cubiertas estaban las máquinas combinadas para recoger trigo, tractores y todo lo que pudiera engañar a los pilotos norteamericanos”. Al fin los soviéticos lo lograron. Y los estadounidenses consiguieron detectar los misiles poco más de un mes después de que estos arribaran a la isla. En el Pentágono estalló el pánico.  ra la primera vez que los norteamericanos se encontraban ante una amenaza real de su seguridad nacional. Las ojivas llegadas de la Unión Soviética a Cuba podrían haber causado una explosión decenas de veces más fuerte que las de Hiroshima y Nagasaki, en las que murieron más de 200.000 personas. Cualquier imprudencia diplomática durante la crisis de los misiles de 1962 podría haber provocado la guerra nuclear, que hubiera sido el último enfrentamiento bélico de la humanidad. Por lo visto, tanto en Moscú, como en Washington se dieron cuenta de esto. Entre el Kremlin y la Casa Blanca se trazó una línea especial de comunicación para que los líderes de ambos países pudieran comunicarse con el fin de resolver la situación crítica. "Ambos líderes se dieron cuenta de que las cosas empezaban a quedar fuera del control y tuvieron que pararlo. Los dos estaban dispuestos a sacrificar en alguna medida su propia carrera política para alcanzar un acuerdo que les posibilitara salvar las apariencias”, cuenta Philip Brenner, profesor de la Universidad Americana. El apogeo de la crisis vino después de que los servicios antiaéreos derribaran el avión-espía estadounidense U2 que sobrevolaba territorio cubano.  l entender que estaban a un paso de la guerra, el líder soviético Nikita Jruschov le ofreció al presidente John Kennedy el desmantelamiento de las bases en Cuba a cambio de la garantía de que Estados Unidos no invadiría a la isla caribeña y retiraría sus misiles Júpiter de Turquía, que amenazaban al territorio de la URSS. El presidente norteamericano aceptó las condiciones y así se cerró el capítulo del episodio más crítico de la guerra fría.



La CIA revela más planes para matar a los Castro y al Che: 1.000.000 de dólares y mafia Miles de documentos del hermano de Kennedy dan más detalles de cómo la CIA quería acabar con la revolución cubana


Miles de documentos del fiscal general de EE.UU. entre 1961 y 1964, Robert Kennedy, el hermano del presidente Kennedy, revelan los planes de la CIA para acabar con la revolución cubana. ¿Cuánto cuesta asesinar a los Castro o al Che? Un paquete de 2.700 documentos, telegramas y garabatos del fiscal general por la CIA, responde que se necesita un millón de dólares, cubanos exilados y hombres de la mafia. Uno de los documentos del fiscal revela que en 1964 la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. planeaba otro intento de asesinato de Castro. Con este objetivo mantuvo conversaciones con representantes de la mafia y “exiliados patrióticos de Cuba”.  para acabar con el comunismo en Cuba y personalmente con el poder de Castro, el Gobierno estadounidense estaba dispuesto a pagar 150.000 dólares, un millón de dólares de hoy en día. La vida de Fidel Castro fue así valorada en 100.000 dólares (más de 700.000 ahora). Por la de su hermano Raúl los gánsteres y exiliados pidieron 20.000 dólares (150.000) y la misma cantidad costaba la vida de Ernesto 'Che' Guevara. Además, los estadounidenses podían proporcionar 2.500 dólares más para gastos. Fidel Castro tiene el récord Guinness en intentos de asesinato, perpetrados principalmente por los servicios de espionaje estadounidense. Los analistas estiman que la vida del líder cubano ha estado amenazada en más de 630 ocasiones. Los medios para asesinarlo varían desde cigarros hasta explosivos en una pelota de béisbol y ataques de francotiradores. Ninguno alcanzó su objetivo.

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