martes, 7 de agosto de 2012

nuevas ejecuciones

 Un informe asegura que un tribunal de Texas ejecutó a un hombre inocente El menosprecio del tribunal, que llevó a un error trágico.    Uno de los argumentos más importantes en contra de la pena de muerte es la posibilidad de ejecutar a una persona inocente. Un nuevo error de la justicia estadounidense en ese sentido ha salido recientemente a la luz. Un tribunal del estado de Texas, en EE. UU., ejecutó por medio de una inyección letal a un hombre equivocado, según asegura el profesor de derecho James Liebman de La Universidad de Columbia en su informe de 400 páginas, publicado en la revista Human Rights Law Review. Se trata del caso de Carlos de Luna, que fue condenado a muerte en 1989 por matar a puñaladas a un empleado de una gasolinera seis años antes.   Entonces el juicio atrajo una gran atención mediática, pero nadie podía imaginarse que se estaba castigando a un hombre inocente, mientras que el verdadero asesino continuaba en libertad. Tras acabar el análisis del caso de Carlos de Luna 29 años después, Liebman encontró una serie de pruebas que muestran que De Luna fue condenado en lugar de su tocayo y conocido Carlos Hernández, a quien además se parecía mucho. Según el investigador, De Luna pagó con su vida un trágico error, una defensa débil y la desestimación de las palabras del propio procesado. Condenar sin investigaciones exhaustivas Durante su proceso en 1983, Carlos de Luna confesó al jurado que el día del asesinato se encontraba con Hernández, a quien conocía desde hacía cinco años.   Los dos hombres, que vivían en la ciudad sureña de Texas Corpus Christi, estaban pasando el rato en un bar. En un momento dado, Hernández se fue a una gasolinera para comprar algo y como tardaba en volver,   De Luna se acercó a ver qué sucedía. Al ver a Hernández forcejeando con una mujer, De Luna, que entonces tenía 20 años, se echó a correr, porque tenía antecedentes penales por asalto sexual y temía tener problemas. Se escondió bajo un camión, donde fue encontrado y detenido por la policía 40 minutos después del asesinato. El equipo de la defensa del sentenciado también adujo que el verdadero asesino fue Carlos Hernández. Pero los fiscales negaron esta versión, especialmente después de no encontrar ningún ciudadano con ese nombre. El jurado llegó a la conclusión de que Hernández era “producto de la imaginación de De Luna”, alguien que nunca existió. Cuatro años después condenaron al acusado a la pena capital. Liebman decidió investigar el caso como parte de un proyecto sobre los fallos de la pena de muerte y encontró a una persona con el nombre de Carlos Hernández, que había eludido a decenas de agentes de la Policía de Texas, fiscales y abogados defensores. Hernández era un alcohólico que siempre llevaba consigo un cuchillo y que había sido detenido 39 veces. En 2006 Liebman entregó a un Tribunal de Chicago todos los datos, que muestran las evidencias de la inocencia de De Luna. Además, según algunos testigos, el mismo Hernández, que murió en 1999 en prisión a causa de una cirrosis hepática, había confesado haber matado a la empleada de la gasolinera. "Es una advertencia sobre los riesgos que corremos cuando aplicamos la pena de muerte", concluye Liebman sobre su investigación.


Un prisionero con discapacidad mental será ejecutado en Texas Se ignora así la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que prohibió hace una década la ejecución de criminales con discapacidad intelectual Un prisionero diagnosticado como discapacitado mental será ejecutado este martes en Texas, dado que la justicia del estado no reconoce su condición como argumento para impedir el cumplimiento de la sentencia. Marvin Wilson, un afroamericano de 54 años, fue condenado en 1992 a la pena capital por el homicidio de Jerry Robert Williams, un informante policial en una investigación sobre drogas. En 2004 fue sometido a un examen médico en el que se confirmaba que su coeficiente intelectual era de 61 puntos, cifra que define su condición como "discapacidad intelectual" en el estado de Texas, cuya legislación fija está por debajo de los 70 puntos.   Además, el neuropsicólogo que examinó a Wilson determinó que su comprensión de lectura y su capacidad de escritura eran equiparables a las de un niño de siete años. No obstante, el estado ha calificado su nivel de discapacidad mental de medio y afirma que su nivel intelectual no es un argumento suficiente para anular la pena capital a la que fue condenado.   Esta decisión ha desencadenado una oleada de críticas por parte de varias organizaciones de defensa de los derechos humanos ya que no coincide con la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de EE.UU., que en 2002 prohibió la ejecución de criminales con discapacidad mental, aunque permitió que cada estado aplicase su propio criterio al respecto. "Mientras que la mayoría de los países ha dejado de ejecutar a criminales, y mucho menos a discapacitados mentales, EE.UU. continúa desafiando esa tendencia global, con Texas a menudo a la cabeza", señaló el portavoz de la organización Amnistía Internacional (AI), Rob Freer, mediante un comunicado.             no ser que la Corte Suprema de EE.UU. decida intervenir, Wilson será ejecutado en la tarde de este martes y pasará a ser el séptimo preso en lo que va de año en recibir la inyección letal en ese estado. Texas, el estado que ha ejecutado a más reos considerados retrasados mentales por los médicos forenses, ha llevado a cabo 483 condenas desde que se restableció la ley de la pena de muerte en este país en 1977.  Texas ejecuta a un hombre que mataba a inmigrantes como venganza por el 11-S
Texas ha ejecutado este miércoles a un estadounidense que asesinaba a inmigrantes supuestamente en venganza por los ataques de terroristas del 11 de septiembre.   El condenado, Marc Stroman, recibió la inyección letal en la prisión estatal de Dallas, según el diario local The Austin Statesman. Texas ha ejecutado este miércoles a un estadounidense que asesinaba a inmigrantes supuestamente en venganza por los ataques de terroristas del 11 de septiembre. El condenado, Marc Stroman, recibió la inyección letal en la prisión estatal de Dallas, según el diario local The Austin Statesman. El ajusticiado Stroman, de 41 años, justificó sus acciones por la muerte de su hermana durante el ataque a las Torres Gemelas.   La sentencia fue cumplida pese a la petición de clemencia a última hora presentada por una víctima que sobrevivió a un ataque de Stroman, Rais Bhuiyan, un bengalí que perdió parcialmente la visión de un ojo después de que Stroman le disparara en la cara el 21 de septiembre de 2001. En total el ajusticiado segó la vida de dos personas: el inmigrante indio Vasudev Patel, al tomarlo por un árabe, y el paquistaní Waqar Hasan. A Rais Bhuiyan le dio por muerto tras irrumpir en la tienda en la que trabajaba y dispararle en la cara. Una vez condenado a la pena capital, Stroman ha expresado su arrepentimiento en varias ocasiones. Antes de los asesinatos, Stroman fue varias veces procesado por robo, asalto y estafa. La ejecución de Stroman es la 28ª en este año en Estados Unidos, y la octava realizada en Texas. El penúltimo ajusticiado fue el mexicano Humberto Leal, a quien no le pudo salvar ni la petición de clemencia del propio presidente de la nación, Barack Obama.
    
El ciudadano de México Humberto Leal García, declarado culpable de haber violado y matado a una joven de 16 años en 1994, fue ejecutado en el estado de Texas mediante una inyección mortal. El ciudadano de México Humberto Leal García, declarado culpable de haber violado y matado a una joven de 16 años en 1994, fue ejecutado en el estado de Texas mediante una inyección mortal. Varias horas antes la Corte Suprema de EE. UU. y el gobernador de Texas, Rick Perry, se negaron a aplazar la ejecución de la sentencia. El retraso fue solicitado por los gobiernos de Estados Unidos, México, Brasil, El Salvador, Honduras, Suiza y la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Hacían hincapié en el hecho de que Leal no fue informado sobre su derecho de recibir ayuda del Consulado de México. Sus abogados opinan que al saberlo podría haber evitado la pena capital. Texas es el Estado norteamericano donde más se aplica la pena máxima: la ejecución de Humberto Leal ha sido la séptima en el Estado en lo que va de año.

tercera ejecución en dos días en EE.UU.
Pena de muerte: tercera ejecución en dos días en EE.UU.   Este jueves en Estados Unidos se realizó la tercera ejecución en los últimos dos días. Un hombre negro condenado a muerte por un asesinato cometido hace 17 años recibió la inyección letal en el estado de Alabama (sureste del país). Este jueves en Estados Unidos se realizó la tercera ejecución en los últimos dos días. Un hombre negro condenado a muerte por un asesinato cometido hace 17 años recibió la inyección letal en el estado de Alabama (sureste del país). Derrick Mason, de 37 años, fue condenado a la pena capital por el asesinato en marzo de 1994 de la empleada de una tienda de Huntsville, Angela Cagle, de 25 años, durante un robo. Mason no negó su culpabilidad y pidió perdón a la familia de la víctima antes de recibir la inyección letal. Ha sido la quinta ejecución del año en Alabama y la 36ª en todo el país. Además, fue la tercera realizada durante esta semana en Estados Unidos. Un día antes, en el estado de Texas fue ejecutado Lawrence Brewer, un racista radical condenado a muerte por el asesinato de un hombre negro.   El miércoles también se le aplicó la inyección letal a Troy Davis que provocó fuerte polémica en EE. UU. y en otros países. Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, fue ejecutado en Georgia tras varios intentos de última hora de su defensa para salvarle la vida y pese a las dudas sobre su culpabilidad, así como a las numerosas peticiones de clemencia. Hasta el momento se suman 1.270 ejecuciones llevadas a cabo en 34 estados de EE. UU. desde 1976, cuando se restableció la pena capital tras una moratoria de 10 años.

Ejecutan en Ohio a un reo que supuestamente padecía demencia
Ejecutan en Ohio a un reo que supuestamente padecía  demencia  El Estado de Ohio ejecutó mediante una inyección letal a un asesino no confeso que, según la defensa, padecía demencia. El propio reo, Daniel Lee Bedford, de 63 años, insistió en numerosas ocasiones en que no recordaba cómo había matado a su exnovia y al amante de ésta en 1984. Los abogados del condenado lucharon hasta el último momento para evitar el cumplimiento de la sentencia. Sostuvieron que Bedford padecía demencia, es decir, que era mentalmente débil o incluso minusválido, lo que le impedía darse cuenta por sí mismo de que iba a ser ejecutado. Insistían además en que el tribunal estatal le negó injustamente al condenado los procedimientos legales a los que tenía derecho constitucionalmente. Este lunes, la segunda de esas dos reclamaciones produjo un resultado positivo provisional,   cuando un juez federal concedió una suspensión de la ejecución, pero la acusación apeló este fallo con éxito. El martes la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la solicitud de la defensa y dio finalmente la razón a la acusación. Un portavoz de la penitenciaría ha asegurado que el propio reo dijo a los psiquiatras que entendía que debía morir y se estaba preparando. La pena capital se ha consumado una hora después de que terminara el tiempo de la visita matutina garantizada al condenado por la ley. Bedford se ha convertido en el tercer recluso tanto dentro del Estado como en el ámbito nacional al que se ha aplicado, desde comienzos de 2011, la 'dosis letal' a base del sedante quirúrgico pentobarbital. A diferencia del ‘cóctel de Texas’, ésta es una sustancia para la ejecución que se inyecta separadamente. Bedford fue condenado por matar a tiros a Gwen Toepfert, de 25 años, con la que había mantenido una relación, y a John Smith, de 27. Todo ocurrió en el apartamento de Toepfert en Cincinnati, el cual compartía con otra persona que fue testigo de la escena. Al descubrir a través de un compañero suyo, que la pareja se encontraba en casa, el asesino acudió al lugar armado con un revólver y una escopeta y no dio a las víctimas ninguna oportunidad de escapar.

Ejecutan a estadounidense tras jactarse de sus crímenes
Ejecutan a estadounidense tras jactarse de sus crímenes  En EE. UU. ejecutaron en la silla eléctrica a Paul Powell, de 31 años, acusado del asesinato y violación de dos hermanas, luego de que las autoridades recibieron una carta donde se jactaba y revelaba detalles de los crímenes, informó Sky News.   Paul Powell fue condenado por el tribunal de Virginia a la pena capital en el 2000, tras haber matado a cuchilladas a Stacie Reed de 16 años. Asimismo, violó e intentó matar a su hermana menor de 14 años. Sin embargo, su condena fue abolida porque la parte acusatoria no pudo probar que fueron dos crímenes cometidos al mismo tiempo, lo que era crucial para condenarle a la pena de muerte.   Cuando el delincuente se creyó inmune, se burló de los fiscales, enviándoles una carta con detalles de ambos delitos. Con ella quedó claro que los delitos habían sido pensados como partes de un todo y realizados casi simultáneamente. “Creo que se me olvidó mencionar esto a la hora de ser interrogado. ¡Jaja! ¿Se odian a sí mismos por haber sido tan tontos y haberme salvado?”, dice la carta en tono de burla. Pero Powell no tuvo en cuenta que su acto podría jugar en su contra. Los jueces adjuntaron la carta al caso y le condenaron a la pena de muerte.   Esta vez no fue posible apelar la condena. La ejecución se realizó este 18 de marzo. El culpable eligió la silla eléctrica en vez de una inyección letal. En vísperas de la ejecución, la familia afectada habló con él por teléfono y la madre de las chicas, Lorraine Reed Whoberry, comentó que él expresó remordimiento “a su manera” y dijo que lo sentía, informó The Washington Post. La familia estuvo presente en la ejecución.

Irán podría batir el récord de ejecuciones este año

Irán podría batir el récord de ejecuciones este año   Irán, que ha provocado una tensión diplomática tras la ejecución el sábado de la mujer irano-holandesa Sahra Bahrami, podría ejecutar a un número récord de personas este año. Según los cálculos de la organización Human Rights Watch (HRW), si se mantiene el ritmo de ejecuciones serían más de 1.000 personas hasta finales de 2011.           La ejecución de Sahra Bahrami ha sido el último ejemplo hasta la fecha de la falta de transparencia en Irán respecto a la pena capital, dice la organización. Muchas organizaciones no gubernamentales afirman que Irán tiene la tasa de ejecución más alta del mundo. Por ejemplo, en 2009, último año en que las estadísticas están completas, en Irán fueron ejecutadas al menos 388 personas, lo que sitúa a este país en el segundo lugar detrás de China, según Amnistía Internacional (AI).   Entre los motivos de las condenas los principales son violación, asesinato y tráfico de drogas. Esta acusación particular es la más común y la más utilizada para encubrir la ejecución de opositores políticos o periodistas que se oponen al régimen. Sahra Bahrami nació en Irán pero posteriormente adoptó la nacionalidad holandesa. En 2009 la policía encontró 450 gramos de cocaína durante un registro de su casa. La oposición iraní y los familiares de la mujer afirman que la acusación fue prefabricada por las autoridades.   Bahrami fue detenida en diciembre de 2009 tras participar en manifestaciones de protesta contra el presidente Mahmud Ahmadineyad y fue condenada a muerte el 2 de enero pasado. Tras la ejecución de la mujer, Holanda ha congelado sus relaciones bilaterales con Irán.

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