lunes, 25 de junio de 2012

alerta Anthrax..

LA SUSTANCIA
La denominación correcta es carbunco (anthrax en inglés). En castellano antrax hace referencia a otra enfermedad del tipo furunculosis. El carbunco es una enfermedad contagiosa, aguda y grave, causada por Bacillus anthracis. El carbunco pulmonar es letal en la mayoría de los casos. Las esporas de B. anthracis se han investigado como agentes de guerra biológica. Para este fin, se utilizan cepas especialmente virulentas y su preparación requiere de condiciones altamente complejas..
Una semana después del 11-S Estados Unidos y el Mundo entero seguía en estado de shock. La psicosis terrorista se extendía por toda América. Los medios apuntaban desde los primeros momentos a la autoría de Al-Qaeda y se desconocía si habrían más ataques en marcha. En medio de este caos surgió una amenaza más inquietante aún, por invisible y silenciosa: una sustancia denominada Antrax (carbunco) era la presunta responsable de una serie de muertes y contaminaciones cuyo origen estaba en unos envíos de cartas contaminados con dicha sustancia a diversas personalidades y medios de comunicación en Estados Unidos.
Los ataques se produjeron en dos oleadas con un total de doce cartas. La primera remesa de cartas tenía un matasellos de Trenton, en New Jersey, y estaban fechadas el 18 de septiembre de 2001. Se cree que fueron cinco cartas enviadas a: ABC News, NBC News y el New York Post, todos en la ciudad de Nueva York y al National Enquirer en Boca Raton, Florida.

La alarma se extendió a nivel mundial y pronto se detectaron presuntos casos fuera de los Estados Unidos. Todos fueron negativos pero las fuerzas del orden de todos los países tuvieron que implementar protocolos y procedimientos para los casos de ataques con esta sustancia. España no estuvo exenta de presuntos casos.

LAS PRESIONES DEL GOBIERNO
Poco después de los ataques con Antrax, personal de la Casa Blanca presionó de forma insistente al Director del FBI Robert Mueller para que probara que se trataba de una segunda ola del ataque del 11-S por parte de Al-Qaeda. Durante los briefings o reuniones matutinas de inteligencia con el presidente, Mueller era casi literalmente apaleado por no conseguir probar que el ataque con Antrax tenía como origen Al-Qaeda o alguien en Oriente Medio. El FBI pronto comprendió que para la elaboración de ese tipo de Antrax se requería un sofisticado equipamiento. La autoría no apuntaba precisamente a los islamistas radicales. Al mismo tiempo el presidente Bush y el vicepresidente Cheney especulaban en público sobre la autoría de Al-Qaeda. Pronto diversos medios se hicieron eco de esa campaña de desinformación. A principios de Octubre The Guardian informaba que científicos americanos implicaba a Irak como fuente del Antrax. Poco después sería el Wall Street Journal el que implicaba a Al-Qaeda e Irak como origen de los ataques. El Canal ACB News hablaba de informes que identificaban la Bentonita como uno de los ingredientes del antrax, implicando de esta forma a Irak directamente. Finalmente la bentonita nunca apareció, así lo reconocieron diversos informes oficiales e incluso la propia Casa Blanca.
EL SOSPECHOSO

Bruce Ivins, biólogo civil de los laboratorios militares de Fort Derrick, Maryland, trabajó durante veintiocho años con los mejores científicos en los laboratorios más seguros del ejército americano, habiendo publicado numerosos estudios científicos. Tenía una acreditación de seguridad nivel 3, una de los más difíciles de obtener vista la peligrosidad de su trabajo, e incluso fue colaborador del FBI sobre el tema del ántrax durante años.
LA INVESTIGACIÓN
A raíz de los ataques se realizó una ingente investigación que duraría siete años y se convertiría en una auténtica pesadilla para los responsables de la misma que llevó el nombre de AMERITHRAX, siendo la mayor y más compleja en la historia del FBI. En ella participaron entre 25 y 30 investigadores a tiempo completo procedentes del FBI, el Servicio de Inspección Postal, otras fuerzas de seguridad, así como los fiscales federales del Distrito de Columbia y de Contraterrorismo del Departamento de Justicia.
La investigación se extendió sobre seis continentes; conllevó 10.000 entrevistas a testigos, 80 registros, 26.000 e-mails revisados y el análisis de 4.000 Gigas de memoria. Además universidades y laboratorios comerciales ayudaron a realizar los análisis científicos tan relevantes en esta compleja investigación.

El FBI llegó a la conclusión de que Bruce Ivins era el autor de los ataques basándose tanto en evidencias científicas como en el empleo de forma intensiva de las tradicionales técnicas de investigación.
Las pruebas científicas fueron complejas y suscitaron ciertas controversias científicas. El FBI tiene enormes indicios circunstanciales que demuestran que el ántrax utilizado venía de su laboratorio e incluso saben de qué tubo de ensayo de cultivo, aunque en teoría es posible que alguien pudiera haberse introducido en el edificio y robado una muestra.

Existen alguna pruebas concretas que vinculan a Ivins a la hora y al lugar de la expedición de los sobres, existiendo agujeros en el empleo de su tiempo que teóricamente le permitirían cumplir esta tarea, pero nada es seguro. En este caso el perfil ideológico de Ivins cobra especial importancia. Los Agentes Federales retratan a un hombre muy activo en su comunidad, un católico devoto dedicado a su parroquia que milita en asociaciones cristianas de derecha, fervientes partidarias de Israel (en los Estados Unidos el movimiento viene a llamase Christian Zionism).
Este hombre era aparentemente todo un modelo de buen ciudadano responsable y solidario. Pero el FBI descubrió una zona más oscura. Estaba obsesionado por un club universitario de sólo chicas (la hermandad Kappa Kappa Gemma), fijación que ha permitido a los investigadores encontrar una correlación entre sus desplazamientos y los lugares de los envíos. Tenía un buzón secreto en correos bajo un nombre falso donde recibía material pornográfico.
El FBI encuentra en la casa de Ivins, 68 cartas ya redactadas dirigidas a periódicos, organizaciones no gubernamentales y partidos políticos que nunca fueron enviadas, mostrando la extraña relación del biólogo con este modo de comunicación. El contenido de las cartas no ha sido revelado por el FBI.
El FBI elaboró un perfil sobre el autor, en el que destaca lo siguiente: Alta probabilidad de que sea hombre adulto que trabaje en un laboratorio en una posición con poco contacto con el público u otros compañeros, y con acceso a la fuente y al instrumental necesario para su tratamiento y manipulación. Manifiesta buenos conocimientos científicos, seguramente complementados con un buen historial académico y experiencia en este campo. Ha usado medidas protectoras, tales como antibióticos y vacunas, para salvaguardar su integridad mientras manipula este peligroso material con el que parece está acostumbrado y domina perfectamente.
La acción criminal pone de manifiesto que el autor posee un pensamiento racional y organizado dirigido a la consecución del objetivo criminal. No ha seleccionado sus víctimas al azar, los datos de la dirección postal son completos y correctos, tanto respecto a la identidad del receptor, como la calle, el número, código postal, y el franqueo (34 centavos) es el que corresponde. Posiblemente tiene alguna vinculación con la población de Trenton (NJ) aunque no habite allí mismo, pero se siente cómodo, y la conoce lo suficiente.
De todo ello se infiere el interés, y la preparación minuciosa hasta en el más mínimo detalle por parte del autor para asegurarse de que la carta llegará a su destino sin incidencias. Por tanto, demuestra que el objetivo es importante para él, probablemente se sintió despreciado públicamente, o ante terceras personas. Ha acumulado rencor durante tiempo, y planeó su venganza.
El autor rechaza la confrontación directa pues no dispone de suficientes habilidades sociales y seguridad personal para gestionar un conflicto cara a cara, y emplea esta vía indirecta, hostigando desde el anonimato. Posiblemente es un comportamiento ya repetido en otras ocasiones, aunque no haya empleado esta sustancia tan peligrosa como en este caso.

Teniendo como referencia el perfil y la evaluación del comportamiento, los investigadores efectuaron más de 10.000 entrevistas a testigos e intervinieron unos 6.000 objetos aproximadamente en los más de 80 registros practicados, llegando a la conclusión que el autor de las misivas contaminadas era el Dr. Bruce Ivins, el cual trabajaba en un laboratorio del USAMRIID (Fort Detrick), y al que le incautaron muestras de la misma cepa de ántrax (RMR-1029) empleada en los ataques, así como fotografías al microscopio del bacilo de ántrax, y anotaciones manuscritas e informes sobre los tratamientos y mutaciones genéticas a las que sometía esta sustancia a fin de convertirla en más mortífera.
Una vez reunidas las pruebas incriminatorias suficientes, el Departamento de Justicia y el FBI presentaron cargos formalmente contra el Dr. Ivins, a principios del mes de agosto de 2008. Considerado como el único responsable, éste al saber la noticia inmediatamente se suicidó con una sobredosis de barbitúricos el 29 de Julio 2008.
Finalmente el expediente conocido como Amerithrax fue cerrado el día 19 de febrero de 2010 por el Departamento de Justicia, el FBI, y el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos.
PROBLEMAS MENTALES
Un año antes de los ataques con antrax del año 2001 en los que murieron 5 personas, Bruce E. Ivins dijo a una experta en salud mental que frecuentaba que estaba interesado en una joven y que había preparado una mezcla venenosa que llevaba consigo cuando iba a ver jugar a la joven al fútbol (soccer). Si perdía pensaba envenenarla. Incluso llegó a decir que “era un experto científico que sabía hacer cosas sin que la gente le descubriera”.
La experta se alarmó tanto por esos planes criminales que decidió alertar al responsable de la clínica, al psiquiatra que lo trataba y al Departamento de Policía de Frederick. Al no poder aportar datos concretos de la joven con la que estaba obsesionado Bruce, como su apellido o su dirección, impidió que se tomara algún tipo de medida respecto a Bruce E. Ivins.

Años después, Ivins dijo a otro terapeuta que planeaba matar a sus compañeros de trabajo y pasar a la gloria. El terapeuta calificó a Ivins con los siguientes términos: “presenta un historial de proferir amenazas de muerte. Sociópata con intenciones criminales”.
LOS MOTIVOS
No se puede asegurar con rotundidad, toda vez que Ivins se suicidó cuando fue acusado y antes de ser enjuiciado. Pero, según se desprende del informe del FBI los ataques fueron debidos a: 1) El impacto del 11S que fue visto por Ivins como una acción divina para castigar a los Estados Unidos por haber tolerado la pornografía, la homosexualidad y el aborto. 2) La amenaza de Bin Laden a Estados Unidos e Israel. Ivins consideraba su país e Israel como pueblos elegido por Dios para cumplir su voluntad y luchar contra el mal. El Islam es visto como una falsa religión, obra también del demonio que busca derrotar las fuerzas del bien para someter a Jerusalén.
Los objetivos fueron seleccionados siguiendo este ideario extremista. La prensa liberal y un periódico de cotilleos por difundir la promiscuidad y la pornografía. Los senadores Leahy y Daschle por ser pro aborto, culpables de un nuevo holocausto de bebes, y favorecer la promiscuidad.
Ivins pretendía hacer recaer sobre Al Qaeda la autoría de los ataques y agudizar así el odio a los musulmanes. Al mismo tiempo que cimentaba la alianza entre los pueblos americanos y judíos en nombre de una misión divina.
LAS CONSECUENCIAS
El trágico balance de 5 muertos y 17 heridos es la más dolorosa y grave consecuencia de los ataques. Pero los costes económicos y de alarma social no fueron desdeñables. Docenas de edificios fueron contaminados con antrax como resultado del envío de las cartas con antrax. La descontaminación de la oficina postal de Brentwood requirió 26 meses de trabajo y costó la friolera de 130 millones de dólares. Las instalaciones postales de Hamilton en New Jersey estuvieron cerradas hasta marzo de 2005; su limpieza costó 65 millones de dólares. La Agencia de Protección Medioambiental se gastó 41.7 millones de dólares en la limpieza de edificios gubernamentales en Washington DC. Un documento del FBI estima que el coste total del asunto del antrax supera los mil millones de dólares.
TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN
El hecho de que los ataques se produjeran poco después del 11-S, que las evidencias científicas fueran controvertidas y, sobre todo, que el presunto autor tardara mucho tiempo en ser identificado y posteriormente se suicidara, ha dado pie a numerosas teorías conspirativas. Muchas de estas enlazan los ataques del 11-S con las cartas y sugieren una mano negra gubernamental detrás de ellos.
Dichas teorías y supuestos planes perversos son mejores sobre el papel y en el celuloide que en el complicado mundo real. La historia nos demuestra que los planes complejos y sofisticados presentas numerosas fallas a la hora de la ejecución (la realidad es que vivimos en un mundo imperfecto) y que, en todo caso, es imposible mantener el secreto a largo plazo sobre tales proyectos.
En todo caso, es probable que la administración Bush supiera poco tiempo después del envío de las cartas (principios de octubre), que el ántrax era americano de un laboratorio militar y que callaran y obstaculizaran la investigación lo más posible para aprovechar la histeria de la población y así llevar a cabo su política en Afganistán y medio oriente.
Las dudas que me plantea este caso son las siguientes: ¿Cómo fue posible que un fanático exaltado trabajara impunemente durante años con este material tan peligroso?, ¿existen otros infiltrados de la misma ideología en otros laboratorios o trabajando con material nuclear?
Documentos:
AMERITHRAX INVESTIGATIVE SUMMARY. Pdf en inglés del Departamento de Justicia de EE.UU.   amx-investigative-summary
INVESTIGACIÓN AMERITHRAX. Pdf en castellano. Autora: Mariluz Puente Balsells. Investigacion Amerithrax

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