lunes, 25 de junio de 2012

planeadoras de la droga.

.
Una gran parte del narcotráfico mundial es realizado mediante diversos tipos de embarcaciones. Se utilizan mercantes, pesqueros, embarcaciones de todo tipo y, como no, las famosas planeadoras para distancias medias o cortas, aunque últimemente van ganando en autonomía. Auténticas bestias del mar rígidas o semirígidas provistas de hasta ocho motores y que alcanzan velocidades imposibles, capaces de transportar hasta 3000 kilogramos de cocaína o hachís.

Los fardos, forma de envase habitual de la droga y que oscilan entre 25 y 30 kilogramos, pueden ser fondeados y marcados con una boya, esperando a ser recogidos por un pesquero o de forma escalonada por una pequeña embarcación cuando la situación sea propicia. Son impermeabilizados con plásticos y fundas similares, para evitar que se filtre la humedad, siendo su envoltorio exterior de tela de arpillera con un asa para facilitar el transporte, carga y descarga. Suelen ir numerados o marcados con diferentes signos para control de la organización.

En otras ocasiones son alijados en la playa, para lo que se desplazan varias personas a la línea de costa, y los cargan directamente en un medio de transporte o son escondidos. Establecen vigilancia en los accesos y poblaciones próximas, y desde hace ya tiempo suelen ir armados, bien para defenderse de algún posible robo de la mercancía por parte de otra organización o para disparar contra los cuerpos de seguridad que les puedan sorprender.
Galicia
En los últimos años han surgido grupos más reducidos, muy activos, compuestos por jóvenes que en muchos casos son familiares directos de los viejos capos. Aportan pericia y arrojo en el manejo de las embarcaciones rápidas (planeadoras neumáticas y yates especializados que alcanzan hasta los 40 nudos), así como el conocimiento de las rías.
Estos nuevos narcotransportistas no compran la droga en origen sino que cobran comisiones por su trabajo. El pago se realiza en mercancía (entre el 20 % y 30 %) si se encargan de recoger la droga en alta mar, alijarla, almacenarla en tierra y conducirla hasta Madrid. Sólo entre el 6 y 12% si se encargan tan solo de recogerla en lanchas rápidas y alijarla, haciéndose cargo el grupo colombiano inmediatamente del material.
Están empleando en la actualidad embarcaciones mayores y muy rápidas para recoger la droga en alta mar, cerca de África, e ir navegando hasta las proximidades del litoral gallego, donde se trasvasa a las planeadoras.
En las cercanías a la costa esta logística es prestada por las conocidas como cabezonas o pulpeiras, que les suministran el combustible necesario para realizar varios viajes o repostar el consumido. Las planeadoras surgieron para el contrabando de tabaco, y son ocultadas en las numerosas naves, astilleros o garajes de domicilios que hay ubicados junto a la costa; o bien en zonas industriales, a las que son transportadas en camiones. Su fabricación puede ser realizada en astilleros propios en Galicia o en el norte de Portugal, o bien importadas de otros países, como por ejemplo Inglaterra.
Las versiones más grandes y sofisticadas de las planeadores son auténticos yates preparados que suponen una inversión superior a un millón de euros y requieren de estaciones de repostaje, generalmente a través de pesqueros, que zarpan para suministrar combustible. La cocaína suele ir lastrada para poder arrojarla y que así se hunda rápidamente. Se habla incluso de que alguno de estas embarcaciones ha sido capaz de cruzar el Atlántico con el apoyo logístico necesario para realizar directamente viajes a Colombia.
La embarcación más espectacular nunca vista en las rías gallegas fue encontrada el 12 de febrero de 2009 varada en una playa de Nigrán con los tanques llenos de combustible, víveres para quince días y las cartas marinas indicando la posición del buque nodriza en alta mar donde iba a recoger la cocaína.


Se trata de una narcolanzadera valorada en 1,5 millones de euros, de más de 18 metros de eslora y 2.100 caballos de potencia, provista de siete motores Suzuki de 300 caballos cada uno, cada uno de los cuales dispone de su propio ordenador de arranque, capaces de hacer volar a la lancha a 60 nudos (120 kilómetros por hora) y que podía almacenar en sus depósitos hasta 20.000 litros de combustible. La potencia de la embarcación permitía a sus antiguos propietarios plantarse en medio del Atlántico en dos días y medio para recoger cargamentos de cocaína de los barcos nodriza. Contaba, entre otro equipamiento, con instrumental de navegación, radares y sistemas de comunicaciones.

Esta poderosa embarcación fue encargada a un astillero de Treviso (Italia) por uno de los más famosos narcos gallegos y diestro piloto de planeadoras Manuel Abal Feijoo, alias Patoco. La planeadora pronto se hizo popular entre narcotraficantes y policías, y tenía hasta apodo en honor a su dueño: la Patoca. Esa “bestia marina” era capaz de llegar hasta las costas de Suramérica, y en alguna ocasión fue detectada a más de 200 millas de distancia de la costa.
                             Patoco contaba con varias naves situadas junto a las rías o en desembocaduras de ríos, con una salida directa al mar, para lanzar desde allí sus planeadoras. Los emplazamientos de las naves eran secretos. Tanto, que los operarios que acudían allí a trabajar eran trasladados por miembros de la organización con los ojos vendados. Además, las naves contaban con medidas de seguridad como cámaras en todos sus ángulos y alarmas algo que resultaba bastante sorprendente cuando querían hacerlas pasar por simples granjas de cerdos.
El 08-11-08 Patoco perdía la vida tras empotrar su potente moto contra un coche cuando regresaba a su casa de Cambados después de cerrar los detalles de un desembarco de cuatro toneladas de cocaína.
La Guardia Civil solicitó a la Fiscalía Antidroga que la poderosa embarcación propiedad del narco les fuese asignada. Así fue, y actualmente es usada por la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil para la realización de abordajes en alta mar.       
El Canal de la Mancha es uno de los puntos de Europa donde las potentes embarcaciones o lanzaderas son empleadas con asiduidad por los narcos para el narcotráfico. Los típicos barcos de pesca han sido especialmente modificados para el transporte de droga a través del Canal de la Mancha. Poseen la friolera de aproximadamente 2.000 caballos de potencia.

La embarcación que se ve en la imagen atravesaba el Canal de la Mancha unas tres veces por semana a tal velocidad que los radares los guardacostas británicos no la detectaban por falta de precisión. Por este motivo se hizo traer un helicóptero especializado para cazarla, encontrando a bordo de la embarcación 300 Kg’s de cocaína pura.
En el año 2004 Richard Neil Davison (ingeniero británico y director de la compañía Crompton Marine, especializada en sistemas propulsores complejos) y su novia, Ellen George, fueron arrestados después de que las autoridades españolas, en una operación anti-droga, capturaran un gran número de barcos vendidos y publicitados por su compañía. Eran sospechosos de utilizarla compañía Crompton Marine como proveedora de barcos de alta velocidad para traficantes, anunciándolos como embarcaciones de alta velocidad y con una baja detección de los radares. Seguidamente después del arresto dela pareja Ian Rush continuaría con el negocio ilícito pero esta vez bajo el nombre Nautexco Marine, siendo arrestado también posteriormente. Richard Davison y Ellen George idearon compartimentos secretos en este tipo de embarcaciones.

Estas embarcaciones semi-rígidas eran utilizadas por los contrabandistas. Poseían una longitud de entre 30 y 60 pies, teniendo un precio de 435.000 euros. Ofrecían para cada embarcación hasta ocho motores . Estaban diseñadas con perfiles bajos, para no ser detectado por los radares y pintados de gris o negro para hacer más difícil su detección en el agua. Cuentan con una capacidad de carga, entre los 5.000 y los 6.000 kilos. El hecho de estar especialmente adaptadas para escapar de los radares dispararon su demanda y pronto llegaron a aguas del Mediterráneo para el transporte de droga entre el norte de África y el sur de España. Son las neumáticas de alta velocidad tipo `RIB´ (rigid inflatable boats), capaces de alcanzar los 2.000 C.V. de potencia mediante la incorporación de ocho motores fuera borda de 250 caballos de potencia cada uno, que podían llegar a aumentar la velocidad de la embarcación hasta en 60 nudos (unos111,120 km/h).
Se comercializaron con tapadera legal bajo la marca `Crompton Marine´ desde 1999 hasta 2004, cuando las operaciones `Marinas´y `Náuticas´ de la Agencia Tributaria y de la Guardia Civil desarticularon parcialmente la organización que las construía.
Pero estas semirígidas, de entre 14 y 18 metros de eslora, han seguido fabricándose en el Reino Unido y comercializándose desde Málaga bajo otras denominaciones como ‘Nautexco Marine’.
La Agencia Tributaria calcula que en los 11 meses que duró la investigación de la `operación Marinas´ fueron botadas desde España 94 zodiacs de este tipo que transportaron 141 toneladas de droga. Entre la `selecta clientela´ de esta red estaba el capo gallego Manuel Charlín, a cuya organización le fueron requisados 5.600 kilos de hachís que transportaban en semirrígidas Crompton.
Las zodiacs son transportadas en camiones hasta España y botadas con grúas por la noche en puntos del litoral previamente elegidos, o bien con la complicidad de empresas náuticas y varaderos, que cobran entre 6.000 y 15.000 euros por cada lancha puesta en el mar. También se han detectado botaduras en lugares tan alejados como el Delta del Ebro, Ibiza o Benicassim.
Los británicos cobran las RIBs una vez puesta en el mar y, según la AEAT, equipadas con todos los elementos necesarios para la navegación clandestina como GPS, radares, trajes de neopreno, visores nocturnos, fundas de agua para móviles, etc.
Furgonetas cargadas con más de un centenar de garrafas de gasolina de 25 litros se encargan de su aprovisionamiento de combustible tanto para las botaduras como para el repostaje. Los ocho motores de las RIB de Crompton y Nautexco consumen 900 litros en cubrir el trayecto entre las costas de Marruecos y España en singladuras de una hora. Además de la droga, pueden cargar hasta 15.000 litros de combustible, lo que las dota de una enorme autonomía para los alijos.
Marruecos
Mar Chica es la laguna salada de115 kilómetroscuadrados muy parecida al Mar Menor (Murcia) que baña la ciudad de Nador en Marruecos. Sus aguas llegan hasta un kilómetro de Melilla y es, según la Guardia Civil, el punto de partida para “la casi totalidad de las embarcaciones utilizadas para las operaciones de tráfico de droga en las costas españolas” que tienen su origen en Marruecos. Allí tienen su base, según los vecinos de Nador, cerca de 200 embarcaciones semirígidas que transportan el hachís hasta la Península. En temporada alta zarpan tres o cuatro veces a la semana entre 30 y 40 planeadoras cuya carga oscila, en función de la distancia que van a recorrer, entre una y cinco toneladas de droga. La potencia de sus cuatro o cinco motores de 250 caballos, comprados en España e introducidos ilegalmente en Marruecos, les permite alcanzar velocidades que superan los130 kilómetros por hora por lo que, en circunstancias normales, resulta muy difícil darles el alto cuando navegan cargadas de fardos.

En Nador, una ciudad de 126.000 habitantes, es muy común ver coches de lujo de gran cilindrada en los que se suelen desplazar por sus calles los jóvenes traficantes. La carga de las planeadoras se hace a la luz del día ante la mirada de la gente, aunque luego parten al anochecer.
Estas embarcaciones son, en general, dela marca Crompton Marine, de entre 12 y16 metrosde eslora, con casco de plástico reforzado con fibra de vidrio. Las propulsan hasta cinco motores Yamaha de 200 caballos cuya compra está restringida en Marruecos. Por eso son importados ilegalmente de la Costa del Sol. Su precio total alcanza los 300.000 euros. Carecen, por supuesto, de matrícula y están pintadas de negro para pasar inadvertidas.

A bordo viajan un piloto, que cobra entre 27.000 y 30.000 euros por travesía, un copiloto, pagado entre 5.000 y 6.000, y un tercer tripulante, encargado de echar gasolina a los motores, se embolsa entre 3.500 y 4.000 euros. A bordo llevan una treintena de garrafas y, a veces, dos o tres inmigrantes de toda confianza, es decir, del Rif, que se quedan en España, pero antes ayudan a descargar.
Con estos sueldos y los pingües beneficios los narcos se han convertido, junto con los emigrantes, en un modelo social para los jóvenes de la provincia de Nador. Allí, la gente sospecha que las instituciones están implicadas en las operaciones de tráfico y comercialización del hachís. Se habla del apoyo brindado a los barones de la droga por influyentes responsables de las fuerzas de seguridad.

Mientras tanto, en España, el cerco que Interior ha establecido en Andalucía con el SIVE (Servicio Integral de Vigilancia en el Estrecho) ha forzado a las planeadoras de la droga y a las pateras del tráfico de inmigrantes a desplazar sus rutas. Estos periplos más largos, de ida y vuelta, no frenan a los narcos. En los últimos meses se han localizado media docena de lanchas en Mallorca e Ibiza, motorizadas con hasta con cuatro motores de 250 caballos, que pueden transportar cuatro toneladas de droga. Descargan y retornan a la base, en Marruecos. A veces han llegado hasta el delta del Ebro, en Cataluña. Los helicópteros y las lanchas del Ministerio del Interior no siempre tienen la autonomía y la velocidad suficiente para interceptar a las planeadoras. En otros casos, rebasan España y depositan su cargamento cerca de Marsella.
Pilotos
El manejo de estas poderosas embarcaciones utilizadas por los narcos requiere grandes dosis de arrojo, destreza y habilidad. A las grandes velocidades que alcanzan hay que sumarle las peligrosas maniobras que realizan para huir de las Fuerzas de Seguridad. En algunas ocasiones estas planeadoras acaban estrellándose contra la costa o empotradas contra las patrulleras que los persiguen.

Las organizaciones inglesas dedicadas a la venta de este tipo de embarcaciones llegan a suministrar también pilotos holandeses especialistas en el manejo de estas embarcaciones.
Un caso peculiar es el de el onubense Sergio Jesús Mora Carrasco, alias el Yeyo, un conocido traficante de hachis y piloto de planeadoras que simultaneaba sus actividades ilícitas con competiciones en la Powerboat Class-3, considerada como la Fórmula 1 del mar, integrado en el equipo nacional Spirit of Spain y logrando ser una de las revelaciones de dicha competición y llegando a plantearse la consecución del Mundial.

Su meteórica –y breve– carrera como piloto en el Powerboat Class-3 se vio truncada tras ser detenido en 2009 por alijos incautados en 2002 y 2006, en los que fueron aprehendidos 9.200 kilogramos de hachís procedentes de Marruecos. El Yeyo cuenta con un patrimonio –obtenido a través del narcotráfico– de más de 30 millones de euros, entre dinero y propiedades, siempre a nombre de terceras personas y entidades.
Precisamente El Yeyo fue detenido cuando se disponía a dar el salto a la Class-1 –la modalidad más rápida y extrema del Powerboat– con el equipo Spirit of Spain –con lo que se convertiría en el primer piloto español de la historia en la máxima categoría–, pese a su corta experiencia en la competición. En enero de 2009, Sergio Mora llegó a encabezar la clasificación del Mundial Class-3 tras lograr un cuarto puesto en Dubai y la primera posición en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), demostrando excelentes aptitudes para este deporte. El equipo Duemme Broker, al que perteneció, calificó a Mora como el «gran descubrimiento» de esta modalidad deportiva.  En la actualidad Sergio Jesús Mora Carrasco “Yeyo” cumple una condena de once años de prisión por narcotráfico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario