El periodista Antoine Vitkine ha escrito un libro sobre la historia de Mein Kampf. Al poco tiempo de leerlo te das cuenta que el autor lo ha escrito con muy poco respeto. Llama a Hitler "joven chivato al servicio del ejército", en lugar de llamarle lo correcto, que sería "informador" o si se quiere, "espía". Así pues, el libro comienza con malos augurios. Con todo, el autor nos ofrece reflexiones interesantes:
- En verdad que hoy es imposible leer Mein Kampf sin tener presente que el proyecto que contiene fue realizado casi en totalidad, sin pensar en los crímenes cometidos por su autor. Pero ésta no es la situación de un contemporáneo que abre Mein Kampf en 1925. Éste tiene ante los ojos un libro político y un testimonio de una actualidad al rojo vivo.
No obstante, Vitkine arranca su obra con unos complejos muy manidos sobre Hitler. Son los de siempre:
- Todo proceso de escritura tiene origen en conocimientos y razonamientos, pero también, conscientemente o no, en una psique. A este respecto, la psique del escritor Hitler es extremadamente atormentada.
Es decir, Vikine ha escrito un libro con las mismas premisas de siempre: que Hitler tuvo una mente atormentada y enferma. Piensa que Hitler fue un hombre frustrado y con dificultades, un hombre lleno de odio "poseído por una manía persecutoria". Yo difiero bastante de esas apreciaciones. Es evidente que Hitler se sintió frustrado y lleno de odio cuando acabo la I Guerra Mundial. Y yo apunto: ¡como todos los alemanes de la época! Hitler fue un producto de su época, por supuesto, pero sus proyectos van mucho más allá de eso. Él tuvo siempre un proyecto de futuro. Su "obra", si se me permite la expresión, no es solo contemporánea. Él pensaba siempre en el futuro. Este aspecto lo omiten siempre sus biógrafos y escritores puntuales. No obstante, el autor se da cuenta también de eso:
- Mein Kampf es en gran parte el reflejo -y el producto- de su época.
Sin embargo, nos regala frases tan facilonas y manidas como siempre:
- Mein Kampf, por tanto, no es únicamente el libro del Tercer Reich, sino un breviario del odio, surgido del lado oscuro de Occidente.
Una curiosidad del Mein Kampf: a partir de 1933, el libro se publicó en una edición en braille, de seis volúmenes. El libro se puede consultar en la biblioteca universitaria de Múnich.
Se calcula que al final de la guerra se habrían distribuido un total de 12.450.000 ejemplares del Mein Kampf.
Otro error, a mi modo de ver garrafal y malintencionado, es incluir citas en el libro de Hermann Rauschning. Como ha quedado bien claro las declaraciones de Rauschning fueron inventadas. Que a estas alturas se sigan utilizando las citas de Rauschning me parece, como poco, deshonesto. Basta investigar más bien poco para saber que Rauschning fue un farsante: http://en.wikipedia.org/wiki/Hermann_Rauschning. Incluso se atreve a poner frases de Rauschning en el libro, como esa frase falsamente atribuida a Hitler: "yo sí quiero la guerra y todos los medios para llegar a ella serán válidos". La frase salió de la boca de Rauschning, no de Hitler. No contento con eso, Vitkine sigue poniendo citas de Rauschning a lo largo de todo el libro. No solo eso, Vitkine tiene la desfachatez de mencionar, más adelante: "aun cuando los historiadores cuestionen hoy la exactitud de estas conversaciones, merece la pena citar la introducción redactada por Rauschning". Vamos, que menos vergüenza no se puede tener.
El libro tiene también muchas contradicciones. Por ejemplo, tan pronto dice que Hitler se opuso a la publicaciones de extractos de Mein Kampf como, varias páginas después, decir que se editaron libros con fragmentos para escolares. También menciona la publicación de libros basados en Mein Kampf, como "Madre, háblanos de Adolf Hitler" de Johanna Haarer. Dice el autor que al final Hilter acabó prohibiendo los extractos de su libro. No he podido comprobar esa información. Desconocemos si fue por una cuestión política o editorial.
Vitkine parece justificar a Stalin cuando afirma que pactó con Hitler "con el fin de liberarse de la presión nazi." Pero ¿quién puede creerse semejante afirmación?
También afirma que "El Tercer Reich puede jactarse de haber cumplido prácticamente todo lo que su Führer había preconizado en Mein Kampf: un estado racista y totalitario, el alistamiento de la juventud, leyes raciales, medidas de eutanasia -aunque con éxito moderado-, el Anschluss, la expansión territorial, el ataque a Francia, la guerra total y cruel al Este o incluso el exterminio de las razas inferiores, judía y gitana." Y afirma que Hitler no se desvió "de la línea constituida por sus ideas de juventud, las de Landsberg, de veinte años atrás." Sin embargo no pone ejemplos. En todo caso, ya se ha discutido mucho sobre la política hitleriana de los años 30. Por supuesto el ideario de Hitler estaba presente siempre, pero la política se basa siempre en acontecimientos presentes e inevitables, algo a lo que Hitler tampoco pudo escapar.
El autor hace responsable a Hitler de los veinte millones de muertos soviéticos.
El tema principal del libro, a parte de contar con poca fortuna la historia de Mein Kampf, es intentar culpar a la población alemana de lo ocurrido en la guerra, ya que casi todos los alemanes leyeron el libro.
Después hace un repaso sobre las ventas del libro en la actualidad. Por ejemplo, dice que muchos alemanes compran Mein Kampf en una librería alemana de Ibiza (España).
También hace alusión el autor a la polémica sobre legalizar el libro. Ya comenté hace un tiempo que existe el proyecto de editar Mein Kampf con comentarios. Es decir, se tratará de que la gente no se haga una idea por si misma de lo que leeSobre la prohibición de tener el libro, el autor aclara que los libros editados antes de 1945 son perfectamente legales, ya que se compraron de manera legal. De forma que se puede tener en casa un Mein Kampf original de la época (considerablemente más caros, por cierto) pero no las ediciones posteriores que circulan por Internet.
El libro termina con una invitación al debate sobre la legalización del Mein Kampf en Alemania y en otros países. Y se hace eco de las, cada vez más voces, que opinan:
- "Nuestras víctimas han sufrido, pero nosotros también hemos sufrido". Según Vitkine, cada vez más alemanes opinan así.Ciertamente sobre Hitler y el nazismo apenas se da tregua a la población. Siempre está en boca de todos: políticos, prensa, televisión, escándalos mediáticos... No hay personaje histórico con más presencia que Hitler.
Se describe en el libro el asunto de Eva Hermann en 2007, famosa presentadora de televisión que dijo "No todo ha sido negativo en el nazismo" y que fue despedida por ese motivo.
Queda poco tiempo para que en el año 2015 el libro se pueda editar sin que el estado de Baviera pueda reclamar, ya que a los 70 años los libros se pueden publicar directamente. No sabemos lo que decidirá el estado de Baviera si permitir su publicación (comentada, a buen seguro) o continuar con la prohibición creando alguna nueva ley ex profeso.
Sin embargo Mein Kampf es un libro tremendamente popular en todo el mundo. En India es muy popular y apreciado. En Turquía es un bestseller...nada puede frenar la difusión de ese libro. Al final Vitkine saca siete lecciones, siendo la última esta:
- Prohibir Mein Kampf no sirve para nada, es inútil mantenerlo a distancia u ocultarlo en el fondo de los inconscientes colectivos, aun cuando eso fuera posible. Mein Kampf está entre nosotros, y estará entre nosotros todavía por mucho tiempo
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