Los resultados publicados en el Informe Leuchter son algo importante. Categóricamente, ninguna de las instalaciones examinadas en Auschwitz, Birkenau y Lublin pudieron haber aguantado, ni de hecho aguantaron, múltiples ejecuciones utilizando ácido cianhídrico, monóxido de carbono o cualquier otro supuesto o actual gas letal. Basándonos en muy generosamente máximas estimaciones para todas las supuestas cámaras de gas, contabilizando 1.693 personas por semana, y asumiendo que las instalaciones podían albergar ejecuciones con gas, se hubiesen necesitado sesenta y ocho (68) años para ejecutar al supuesto número de seis millones de personas. Esto quiere decir que el Tercer Reich existió durante unos setenta y cinco (75) años. Considerar estas instalaciones como capaces de efectuar ejecuciones masivas, múltiples o incluso individuales, es ridículo e insultante para cualquier individuo de este planeta. Más aún, aquellos que promocionan esta falsedad son negligentes e irresponsables por no investigar estas instalaciones antes y cerciorarse de la verdad antes de adoctrinar al mundo con lo que puede haberse convertido en el mayor truco propagandístico de la historia. De igual importancia son los errores exterminacionistas relativos a los crematorios. Si estos crematorios, operando a un ritmo teórico máximo cada día, sin parar momento alguno y a un ritmo constante (una situación imposible), y si aceptamos la cifra de al menos seis millones de ejecuciones, el Tercer Reich duró durante al menos cuarenta y dos (42) años, ya que hubiese llevado treinta y cinco (35) años como un imposible mínimo para cremar a estos seis millones de cuerpos.
Nadie, por mucho que extienda su imaginación, podrá afirmar (ni siquiera pensar) que el Tercer Reich duró setenta y cinco (75) años, ni siquiera cuarenta y dos (42), pero nos quieren hacer creer que seis millones de almas fueron ejecutadas con un equipamiento que posiblemente no pudiese haber funcionado, más que un séptimo del tiempo mínimo necesario para ello. Las muestras forenses fueron tomadas de los lugares visitados. Una muestra de control fue retirada de la instalación de desinfección 1 en Birkenau. Se postuló que debido a alto contenido en hierro de los materiales del edificio, en estos campos la presencia de ácido cianhídrico resultaría en la formación de un compuesto ferrocianuro férrico, como se evidencia por el azul prúsico en las paredes de las instalaciones de desinfección.
Un análisis detallado de las treinta y dos muestras tomadas en los complejos de Auschwitz-Birkenau mostraron 1,050 mg/Kg de cianuro y 6,710 mg/kg de hierro. Resultados mayores fueron encontrados en las supuestas cámaras de gas pero ninguna huella significativa de cianuro. Esto sería imposible si estos sitios estuvieron expuestos la gas del ácido cianhídrico, porque las supuestas cámaras de gas fueron supuestamente expuestas a cantidades mucho mayores de gas que la instalación de desinfección. Sin embargo, el análisis químico apoya el hecho de que estas instalaciones nunca fueron utilizadas como instalaciones de ejecución por gas. La construcción de estas instalaciones muestran que nunca fueron utilizadas como cámaras de gas. Ninguna de estas instalaciones estaban selladas. No se tomó nunca ninguna medida para prevenir la condensación de gas en las paredes, en el suelo o en el techo. No existió medida alguna para que se escapase la mezcla aire-gas de estos edificios. No existió medida alguna para introducir o distribuir el gas a lo largo de la cámara de gas. No existió alumbrado resistente a explosiones y no se hizo ninguna vez un intento para prevenir las gas de entrar en los crematorios, aun cuando el gas es altamente explosivo. No se tomó ninguna medida para proteger a los operarios de la exposición al gas o para proteger a las personas no participantes de la exposición. Específicamente, en Auschwitz, un desagüe en el suelo estaba conectado directamente al desagüe principal del campo. En Majdanek, un camino con pendiente hacia adentro, alrededor de la supuesta cámara de gas hubiera recogido la filtración del gas y hubiera traído como resultado una trampa mortal para el personal del campo. Ningún motor de extracción existió jamas. El gas del ácido cianhídrico es extremadamente peligroso, es un gas letal y en ningún lugar habían medidas para realizar un manejo seguro. Las cámaras eran demasiado pequeñas para acomodar más de una pequeña fracción de los números que se afirman. Simple y llanamente, estas instalaciones no podrían haber operado para cámaras de gas para ejecuciones Tras un examen minucioso de las supuestas instalaciones de ejecución en Polonia y sus crematorios asociados, la única conclusión a la que se puede llegar por una persona responsable y racional es el absurdo de la idea de que estas instalaciones fueron capaces de, o fueron utilizadas como, cámaras de gas para ejecuciones.
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