El juicio en Argentina sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura podría tomar un nuevo rumbo después de que un testigo contara nuevos detalles sobre cómo se realizaban los denominados 'vuelos de la muerte'.
“Las personas iban vivas, drogadas, sedadas, iban libres, deliraban, no estaban esposadas, iban vestidos. Se les decía que iban a un campo. Ninguno tenía ya capuchas ni vendas. No les importaba mucho que vieran a las personas que los llevaban”, declaró el ex gendarme Federico Talavera.
El testigo, que trabajó como chófer para el centro clandestino de detención El Olimpo durante la última dictadura militar, fue testigo en uno de los juicios por los denominados 'vuelos de la muerte' en los que miembros de las fuerzas represoras de la última dictadura militar argentina arrojaban al mar o al Río de la Plata a personas secuestradas.
“Los vuelos de la muerte fueron varios, muchos. Los traslados se hacían de noche, desde Aeroparque, y los que hacían los vuelos eran el segundo comandante Guillermo Cardozo, de Gendarmería; Eugenio Pereira Apestegui, de Inteligencia de Gendarmería; el Turco Julián, y el principal Rosas, de apodo Clavel, que era de la Policía Federal”, declaró Talavera.
Esta declaración se produce en la etapa de instrucción, una fase previa al desarrollo del juicio, y por lo tanto tendrá que ser ratificada por el tribunal.
En Argentina los pilotos de los llamados 'vuelos de la muerte' por primera vez se sientan en el banquillo de los acusados, como parte de las sesiones del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
El proceso abarca los casos de casi 800 víctimas de violaciones de los derechos humanos.
Saber la verdad es lo que buscamos. No sabemos adónde vamos a llegar. Queremos una condena y queremos saber sobre todo qué pasó con ellos y con el resto de los compañeros”
No es un juicio más, sino el más importante sobre los crímenes de la última dictadura argentina. La llamada Megacausa ESMA, volvió a los tribunales tras el receso de verano de la Justicia.
Son 67 los procesados, cerca de 900 testigos y más de 780 víctimas. Y sin embargo este juicio es sólo una parte, la tercera, de la investigación por los secuestros, torturas y asesinatos de lo que fue el mayor centro de detención clandestina, con sede en la Escuela de Mecánica de la Armada.
“Saber la verdad es lo que buscamos. No sabemos adónde vamos a llegar. Queremos una condena y queremos saber sobre todo qué pasó con ellos y con el resto de los compañeros”, asegura Paula Donadío, familiar de algunos de los desaparecidos.
'Vuelos de la muerte'
En el proceso se juzga por primera vez una de las prácticas más macabras del terrorismo de Estado: los llamados 'vuelos de la muerte'. Fueron denunciados desde el principio por los sobrevivientes y luego tardíamente confesados por el ex militar Adolfo Scilingo, quien admitió haber participado en dos de ellos. Pero la prueba fundamental fueron los miles de cuerpos que hablaron y lo siguen haciendo, al aparecer esporádicamente en las costas del Río de la Plata.
“Las víctimas no sabían, en ese momento obviamente no se sabía, si iban a ser elegidas o no. Y en el momento en que se las designaba con un número tenían que hacer una fila los días miércoles (se los llamaba ‘día de traslado’) y se las arrojaba vivas al mar”, contó la abogada Marianela Ahumada.
“Siempre hay una esperanza” Son ocho los pilotos sentados en el banquillo. Y aunque ninguno reconoce su culpabilidad, los familiares no pierden la esperanza de que en algún momento de este largo proceso, se aporte nueva información, que permita encontrar a quienes aún hoy continúan desaparecidos.
Una de las familiares, Paula Donadío, dice que siempre hay una esperanza. “Creer que no lo van a decir no sirve mucho. Siempre es mejor pensar que en algún momento ellos nos van a dar una respuesta. Tanto a mi familia como a las miles de familias que siguen buscando niños, que ahora son jóvenes; o a quienes siguen buscando los cuerpos de sus seres queridos”, prosigue la mujer.
Desde el año 2003 cuando se derogaron las llamadas ´leyes del perdón´, los juicios reanudados arrojaron sentencias contra decenas de represores en toda la geografía argentina. Muchos de los ya condenados podrían volver a serlo en este juicio donde, gracias a las garantías democráticas, ejercerán su derecho a defenderse. Un privilegio que a las víctimas del horror vivido entre 1976 y 1983 les fue negado.
Dentro de dos años, cuando se espera que termine este juicio, se estará cerca de cumplir cuatro décadas desde el golpe de Estado más cruento en la historia argentina. Los familiares y la sociedad entera esperan una sentencia ejemplar. Porque a pesar del transcurso del tiempo, la consigna sigue siendo la misma: Memoria, Verdad, y Justicia.
Este 20 de diciembre arrancó la ronda de indagatorias en el tercer juicio por los crímenes de la ESMA durante la última dictadura militar en Argentina. En la primera sesión, el ex suboficial de inteligencia Juan Antonio ‘Piraña’ Azic ha declarando su inocencia.
"Nunca torturé ni maté a nadie", ha declarado el hombre que ya tiene una condena firme a 18 años de prisión en el segundo juicio por la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) y a quien Carlos Lordkipanidze, miembro de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, acusa de haberle torturado, tanto a él como a su bebé de 20 días, con picana eléctrica y de haberle amenazado con "reventarle la cabeza contra la pared" al pequeño si no hablaba.
‘Piraña’ ha sido el primero de los 68 acusados que se sentarán en el banquillo de los acusados por crímenes de lesa humanidad, en concreto por su supuesta implicación en desapariciones forzadas, torturas y homicidios. En este juicio que se inició el pasado 28 de noviembre y durará alrededor de dos años declararán por primera vez en público nueve ex aviadores navales acusados de arrojar prisioneros vivos al mar o al Río de la Plata en los llamados 'vuelos de la muerte'. Entre otros, también deberá declarar el ex secretario de Hacienda de la dictadura, Juan Alemann, a quien se le imputa por presenciar interrogatorios con uso de torturas.
Según comentó a RT la abogada de la Secretaria de Derechos Humanos de la nación, Marianela Ahumanda, es muy poco probable que los imputados muestrenarrepentimiento durante el juicio. Sin embargo, Ahumada precisó que las autoridades todavia esperan que aporten nuevos datos importantes a la causa, como el paradero de bebés robados cuyo paradero aún se desconoce.
El 24 de marzo de 1976 ocurrió el golpe de estado en Argentina. El enfrentamiento político degeneró en una lucha armada de movimientos guerrilleros opuestos al gobierno de Isabel Perón. La dictadura se caracterizó por la represión política y el asesinato de los opositores. Según organismos de derechos humanos, durante la dictadura 30.000 personas desaparecieron, miles fueron torturados y otros tantos acabaron en el exilio. Unos 5.000 opositores pasaron por las mazmorras del campo de concentración de la ESMA, de los cuales apenas un centenar sobrevivió.
Un tribunal de Argentina dio inicio al mayor juicio realizado hasta ahora por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983), incluidos, por primera vez, los 'vuelos de la muerte'.
68 personas, 14 ya con condenas anteriores, se someten a juicio por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5 de Buenos Aires por 789 hechos de secuestros, torturas y homicidios cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó la mayor cárcel clandestina del régimen de facto.
Es el tercer juicio oral de la llamada ‘megacausa’ que comprende crímenes cometidos en este centro de la Armada, donde se calcula que estuvieron detenidas ilegalmente cerca de 5.000 personas. El eje de este proceso judicial son los denominados 'vuelos de la muerte', en los que se arrojaba al mar o al Río de la Plata a personas secuestradas.
En la primera jornada, la fiscalía inició la lectura de cargos contra los 68 acusados. Se prevé que unos 800 testigos declaren en el juicio, que puede prolongarse hasta 2 años por la gran cantidad de casos en proceso.
Los delitos de lesa humanidad no pueden quedar impunes porque todos queremos un mundo diferente.”
En la jornada inicial del juicio, organizaciones de familiares de los desaparecidos, como Madres de Plaza de Mayo e Hijos, se congregaron frente a la entrada de los Tribunales de Buenos Aires.
“Cuando se formó la agrupación Hijos en 1995 los genocidas estaban libres, caminaban por la calle. Hoy hay más de 350 genocidas condenados, civiles condenados, jueces condenados, curas condenados”, señala a RT uno de los hijos de desaparecidos, Agustín Cetrangolo.
“Estamos viviendo un momento histórico” que también es un mensaje “para todo el mundo de que los delitos de lesa humanidad no pueden quedar impunes porque todos queremos un mundo diferente”, considera Cetrangolo.
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