En todos los países civilizados hay organizaciones para la asistencia social las cuales tienen su origen y mantenimiento en la iniciativa privada. Algunas de ellas operan bajo la égida de denominaciones religiosas y otras son continuadas por asociaciones las cuales han sido creadas para enfrentarse a algunas necesidades sociales en concreto. La idea la cual inspira a todas estas causas proceden del principio cristiano del amor al prójimo, el ideal de hacer el bien a los demás. También hay actividades de ayudas sociales que están subvencionadas y dirigidas por el Estado y que asimismo están inspiradas por este principio cristiano.El deseo y propósito de todas estas empresas es fomentar una política social mediante la cual las angustias económicas de los individuos se hagan cuando menos soportables. De este modo, la razón última que está de fondo es que la penuria económica es una condición permanente en la cual una cierta clase de la comunidad debe vivir. Si la angustia temporal surge entonces son adoptadas medidas temporales para enfrentarse a ella. Más la postura invariable sobre la cual las actividades de ayuda social están por lo general basada es la creencia de que los pobres estarán siempre con nosotros. La difusión y la realidad de este principio debilita la resistencia moral de aquellos quienes se encuentran necesitados de ayuda.En algunos países las diversas formas que toman la asistencia caritativa están determinadas por los fines precisos a la que sirve. Así en Inglaterra y Francia hay miles de instituciones y asociaciones las cuales dependen exclusivamente del apoyo voluntario y son enteramente independientes unas de otras en sus operaciones. Su propósito es, en general, humanitario en cuanto ayudan a los miembros necesitados de la comunidad. Los vastos recursos de estas instituciones y la consecuente mano bondadosa con la que la generosidad es distribuida, ofrece a los miembros menos conscientes de la comunidad, la tentación de beneficiarse ellos mismos de la posibilidad de dar el doble o el triple de los subsidios que ellos habrían conseguido si hubiese un control uniforme sobre todo el sistema. En toda gran ciudad existen hoy cientos de miles que necesitan ayuda.
No sólo representan el desempleo sino también aquellos otros miembros de la población que se encuentran en circunstancias económicamente adversas por un motivo u otro. Pero el desempleo o el trabajo parcial es siempre la causa principal de los apuros económicos entre las masas. la única vía, por tanto, de tratar definitivamente con esta situación es encontrar un lugar en el sistema económico nacional para aquellos que aun son capaces de trabajar. El número de desempleados ha aumentado en unas proporciones tan altas en nuestro tiempo que incluso la mejor política social que pudiese ser ideada resultaría inadecuada para la situación.
El periodo de posguerra ha traído la miseria social a primer plano. Se ha convertido en algo tan extendido y tan profundamente arraigado que simplemente cualquier política social de tipo tradicional no sería adecuada para resolver el problema. Cuando revisamos el desarrollo económico que ha tenido lugar en el siglo diecinueve observamos que la cuestión social se ha convertido, de manera constante, en algo más y más serio y difícil de solucionar y que estas dificultades se han extendido en el mundo entero. En nuestro tiempo las diferentes denominaciones religiosas han hecho enormes esfuerzos para tratar el problema de la miseria social pero han sido incapaces de dar una solución satisfactoria. El progreso que se ha realizado en los métodos mecánicos de producción ha estado acompañado por un constante e inexorable incremento en miseria social hasta tal punto que la convicción ahora predominante entre los hombres que han estudiado cuidadosamente la cuestión es que la empresa privada no puede esperar ocuparse con eficiencia de la situación. Las condiciones presentes señalan la necesidad de la interferencia por parte del Estado y la adopción de una sistemática política general estatal en materia social.La actitud de Bismarck hacia el problema social es instructiva y muestra claramente la diferencia entre su tiempo y el nuestro con respecto al propósito de la legislación social. Cuando los diversos tipos de seguros gubernamentales fueron primero introducidos en Alemania - Seguros de Salud, Seguros para la Tercera Edad, etc. - se esperaba que esta legislación social, que garantizaba a las clases trabajadoras contra la opresión de la miseria ya sea por enfermedad, accidente o vejez, tuviese el efecto de dar a aquellas clases un contacto cercano espiritual y comprensivo con el Estado. Pero el permanente antagonismo de una parte de las masas hacia el Estado no fue mitigado en absoluto; más bien sucedió lo contrario, este antagonismo demostró ser más fuerte que nunca. La tendencia hacia las ideas radicales y el cambio hacia la izquierda se hizo más pronunciado hasta que finalmente se desarrolló en un descontento que fue dirigido contra el Estado como su más inmediato objeto. De este modo las autoridades gobernantes que habían esperado que su legislación social trajese a las masas hacia la unidad orgánica con el Estado demostró ser errónea.
Alemania se está ahora esforzando por establecer un nuevo concepto social de Estado y de sus funciones. Esta idea está basada en la unión tradicional entre el pueblo y su tierra nativa sobre la esperanza de que, por la unión del pueblo en una comunidad Volk donde las distinciones de clases no tienen lugar, puede ser posible encontrar una solución para el problema social en una síntesis entre pueblo y Estado. Y a no ser que esta tentativa se gane primero la aprobación y aceptación del pueblo estará condenada al fracaso. El Estado debe afianzar la voluntad de cooperación del pueblo.
En los sistemas liberal y marxista el individuo y sus necesidades formaron el punto de interés central. Esto no es así con el sistema de asistencia social Nacional Socialista. Aquí la comunidad popular es el objeto de cuidado primario y esencial. El bienestar de la comunidad es una precondición necesaria para el bienestar del individuo. Hitler declaró una vez: “Nosotros no le decimos al rico: “da al pobre, sino que decimos: “Pueblo de Alemania ayúdate a ti mismo””.
El N.S.V. es de un carácter totalmente diferente a las formas confesionales de servicio de asistencia social y es por este motivo que el propósito que se ha fijado para sí mismo es satisfacer. Es éste el que determina el carácter especifico del N.S.V. En general. El objeto de los servicios de ayuda confesionales ha sido aliviar miserias y hacer la vida más soportable para el pobre y el necesitado. Mas el N.S.V. no considera estas angustias como una condición permanente bajo la cual el pobre y el necesitado han de vivir. No es su propósito hacer las miserias soportables para el individuo, sino que su propósito más bien es ayudarlo a sobrepasar los apuros, dándole de nuevo un sueldo base estable, a la familia una base segura y así hacer del individuo y de la familia miembros orgánicos de la comunidad popular (Volk). Para llevar a cabo este objetivo el N.S.V. debe considerar la salud del individuo y las condiciones sanitarias en el cual la familia vive como condiciones preliminares necesarias para ser un miembro útil en la comunidad. Aspira a ayudar a aquellos quienes, posteriormente, pueden ayudarse a sí mismos. Por tanto, su trabajo está principalmente limitado a aquellos quienes son congenitalmente sanos en salud y a aquellos quienes son potencialmente miembros útiles de la comunidad. Pero esto no significa que los enfermos hereditarios y los inválidos sean descuidados. Aparte de los subsidios oficiales del Estado para el cuidado y mantenimiento de tales personas, existen las instituciones y las asociaciones confesionales para la atención y asistencia de los enfermos e inválidos. El N.S.V. por la tanto, deja esta parte de la asistencia al Estado como tal y a las iglesias. Pero en esta conexión debemos tener en cuenta el hecho de que las organizaciones para la asistencia pública que operan bajo el patronaje y el control de la iglesias no son enteramente o incluso principalmente dependientes de las contribuciones voluntarias de los fieles. Ellos reciben grandes y regulares subsidios del Estado y de las municipalidades en consideración del trabajo mediante el cual cuidan a los enfermos e inválidos. Con la Organización de Asistencia Social Nacional Socialista, sin embargo, el principal objetivo no es mitigar la miseria y hacerla soportable sino más bien extirpar las causas de ésta. Éstas son a la vez materiales y morales; la continuación del desempleo, la enfermedad y el sentimiento de que nadie tiene cuidado alguno, crea una condición de desaliento y debilidad moral. el N.S.V., por tanto, no da solamente apoyo material sino también educación e incentivo moral. La miseria social es un fenómeno que afecta a la comunidad en su conjunto y por lo tanto ella misma debe ser capaz de tratarlo por razón del bien común. Éste es el principio moral que la Organización de Asistencia Social Nacional Socialista se esfuerza en inculcar en las mentes del publico general y también en las mentes de aquellos quienes son temporalmente víctimas de la miseria económica.
Por parte de aquellos que están necesitados de ayuda hay un deseo honesto de ser considerados en el mismo nivel que las otras personas y de ver su situación actual como resultado de un accidente de las circunstancias sobre las cuales ellos mismos no tienen un control efectivo. Por consiguiente, ellos no deben ser considerados como marginados y se les debe hacer notar que cuando nosotros hablamos de la comunidad no estamos usando frases huecas. Por consiguiente, aquellos que dan sus donaciones de ayuda en el trabajo no las dan de forma condescendiente sino más bien de un espíritu de compañerismo con los necesitados; porque el acomodado pertenece a la misma comunidad y debe comprender que el fundamento sobre el que la comunidad existe es el principio moral de “Uno para todos y todos para uno”.
En el pasado se consideraba imposible pensar en alterar la estructura social de un modo tal que grandes secciones de la población no tuviesen que vivir por más tiempo en necesidad y circunstancias severas. Los pobres eran vistos como un estrato permanente de la estructura social y, el hecho de que este estrato haya existido a través de tantos siglos ilustra como el principio que ha funcionado en la vida practica. Pocas tentativas se hicieron para eliminar la pobreza como tal y las condiciones bajo las cuales el pobre tenía que vivir han sido sólo relativamente mejoradas.La Organización de Ayuda Social del Pueblo Nacional Socialista se le confió la tarea de la unión de toda la población, tanto del acomodado como del desamparado, en una gran obra pública con el fin del bien común. En poco tiempo se demostró posible desterrar de la nación entera, los cerca de setenta millones de personas, del letargo moral que había existido durante varios años antes. Un espíritu de optimismo se levantó y una fe practica en la vida y en los destinos humanos fue restaurada. A los millones de desempleados y a sus familias se les dio la garantía práctica de que aquellos en mejores circunstancias económicas sentirían como una obligación moral contribuir en su más alto grado en dinero, bienes y servicios al objetivo de superar la miseria nacional. El pueblo respondió como un todo, con lo cual se derrumbaron todos los anteriores prejuicios, restaurando las víctimas de las circunstancias económicas una vez más como miembros útiles de la comunidad nacional.
A principios de 1933 la Organización Nacional Socialista de Ayuda Social al Pueblo Alemán - el N.S.V. - constaba apenas de unos cientos de trabajadores. El 3 de mayo de 1933, Adolf Hitler promulgó un decreto estableciendo el N.S.V. como organización oficial del Partido para todas las cuestiones concernientes al bienestar y al apoyo social. El número de miembros voluntarios se incrementó mes tras mes y año tras año. En abril de 1937 el número de miembros había alcanzado los 6.886.000.
La tarea preliminar de la Ayuda de Invierno para el primer año de su establecimiento comenzó el 13 de septiembre de 1933 en todos los pueblos y ciudades del Reich. Este trabajo fue llevado a cabo bajo el escudo de la N.S.V. Sin embargo, el éxito solamente fue posible porque cientos de miles de hombres y mujeres ofrecieron en seguida sus servicios voluntariamente. Este gesto aseguró el éxito de la empresa, cuatro semanas más tarde la organización estaba trabajando íntegramente con una dotación de 1.500.000 ayudantes voluntarios. Este cuerpo de ayudantes continuo sus servicios en los siguientes años aunque sus diversas ocupaciones les permitiese dar solamente las horas libres de la tarde al N.S.V. El hecho de que alteraciones esenciales no hubiesen de ser hechas en la organización o que sus planes de trabajo resultasen efectivos muestra la forma tan precisa en la que el sentimiento popular fue calibrado desde el principio. Una de las más grandes pruebas para el carácter práctico del experimento puede ser encontrada en el hecho de que triunfó incluso cuando 1.500.000 trabajadores estaban absolutamente desentrenados y eran inexpertos en tal tarea. Este espíritu de solidaridad muestra que el autentico socialismo puede ser puesto en practica. El ejemplo de este modo dado de cómo entusiásticamente la gran mayoría sintió sus obligaciones de servicio con sus conciudadanos y conciudadanas levantó la confianza entre las filas de los desempleados que las causas de su miseria serían subsecuentemente superadas. La máxima que inspiró y dirigió la Ayuda de Invierno fue: Nadie debe pasar hambre o frío este invierno. Y aun la máxima fue lanzada en una época en la cual debían ser ayudados 17.000.000. Por lo tanto, la tarea principal de la Ayuda de Invierno durante el primer año fue la distribución de comida, vestido y combustible domestico. A finales de octubre se efectuaron las primeras entregas de bienes gratuitos.
En la organización Ayuda de Invierno las respectivas necesidades de los distintos distritos fueron ante todo tenidas en cuenta. Había distritos que podían abastecerse a sí mismos organizando un intercambio de bienes y servicios dentro del mismo y que, consecuentemente, se realizaron. Había otros distritos que tenían que ser asistidos desde fuera sobre la base de mutuo intercambio. Estos eran organizados bajo lo que se conocía como patrocinios: un distrito acordaba enviar sus excedentes a otro el cual necesitaba tales productos, al mismo tiempo había distritos que tenían que ser tratados como áreas pura y simplemente afligidas.
Para ilustrar este plan operativo podríamos tomar como ejemplo las distribución de patatas. Los distritos patrocinadores se ayudaban en el consumo de patatas. Estos proveedores, es decir los distritos con excedentes, las enviaban a aquellas provincias que no cultivaban las suficientes para su propia consumición. Las áreas afectadas, por lo que toca al consumo de patatas, son principalmente las industriales, donde se encuentra el mayor número de desempleados. A estas áreas las patatas eran enviadas desde esos distritos que tienen un excedente de provisiones. A la hora de planear el sistema de distribución para aquellos distritos que no tienen patatas, fue tenido en cuenta el hecho de que las áreas industriales del Oeste de Alemania, Hamburgo y otras ciudades en general prefieren la variedad de patata amarilla y la recibieron de acuerdo con ello. Las variedades azul y blanca fueron enviadas a los distritos que las prefieran. Naturalmente, este principio de selección implicó bastante trabajo detallado, pero esto era mucho más apreciado por las provincias concernientes puesto que notaron que su particular gusto había sido satisfecho. El hecho de que 15.043.634 cwts de patatas fuesen distribuidas proporciona un ejemplo de la enorme cantidad de trabajo que sólo esta rama de ayuda suponía. No sólo eran los gustos y necesidades locales proveídas en cuestión de patatas sino que en ciertos distritos, donde se comía menos, la diferencia fue colmada con la distribución de varios tipos de arinosa-feculenta comida.
El granjero da su producción en la granja, la gente de ciudad contribuye con ropa de vestir, el minero da carbón y el leñador suministra madera. Clasificando todo esto se encontró que pertenecen a 60 categorías diferentes, desde el aceite de hígado de bacalao para niños a todo tipo de comestibles como por ejemplo comestibles ahumados, carne fresca, vinos, miel, embutidos (salchichas), verduras y tabaco. Otro ejemplo de los diferentes tipos de bienes con los que se contribuyó se muestra en lo que se llama las contribuciones de una libra (435 gramos). Cada mes el ama de casa alemana compra media libra de cualquier producto comestible u otros, de acuerdo a sus propósitos dándolos a la Ayuda de Invierno. Aliviando de esta forma la miseria entre las familias necesitadas, el ama de casa expresa su sentido de la obligación hacia sus vecinos menos afortunados.
La ropa se recolectaba en gran escala y cuando ésta necesitaba ser reparada era enviada a unas habitaciones especiales de costura pertenecientes a la Ayuda de Invierno independientemente de estas donaciones de nuevos linos familiares recogidos en las tiendas, pagando cuando es necesario, y distribuido donde era necesario. Se distribuyeron millones de pares de medias y colecciones de lino domestico. En el primer año de la Ayuda de Invierno se distribuyeron 20.437.694 pares de botas y zapatos y todo ello se hizo y se está haciendo no con aire de protección sino por un espíritu de solidaridad entre los diferentes miembros de la comunidad. Todas las tendencias hacia el trato de los necesitados como pertenecientes a una clase permanente llamada el proletariado han sido abolidas.
En esta misma idea concurren, lógicamente, el Führer en su magna obra cuando dice en la pag. 33: “No cabe en el criterio de tales gentes comprender que una acción social no puede exigir el tributo de la gratitud, porque ello no prodiga mercedes, sino que está destinada a restablecer derechos” (Ed. Wottan, 1995), y Alfred Rosemberg, el filosofo del Reich, que escribe en su Mito: “La Caridad, por su parte, como dádiva de un dictador a millones de sojuzgados o como beneficencia personal, no repara daños sino sólo emplasta heridas purulentas. La caridad es propiamente la otra faz de la desenfrenada explotación. A veces el más grande defraudador hasta edifica hospitales para sus víctimas saqueadas durante decenios y se hace festejar entonces por sus diarios como filántropo”
El supremo que levanto el alma de los humillados la agonía de los torturados, el sentido de comunidad en el bien común de una raza ...
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