jueves, 16 de mayo de 2013

Historia de los Intentos por contactar con alienígenas


El deseo de contactar con vida inteligente de otros planetas es mucho más antiguo que la fiebre por los OVNIS o el movimiento SETI. Varios científicos del siglo XIX contemplaron como podríamos comunicarnos con posibles marcianos o venusianos.

Éstas propuestas primitivas, que preceden en 150 años el primer mensaje extraterrestre enviado en 1974, estaban basadas en señales visuales, mientras que la intención de la radio todavía tardaría décadas en producirse.

De hecho la historia muestra que las ideas para la comunicación interplanetaria han existido siempre no importando cuál era la tecnología del momento, fueran lámparas, radios o lasers.

En palabras de Steven Dick, historiador jefe de la NASA: "lo haces con lo que sabes."

Galileo, Kepler y otros consideraron que los planetas no estaban habitados, siendo cuidadosos para no perturbar la autoridad de la Iglesia.

Dick, autor de varios libros sobre el tema, comenta al respecto: "la idea floreció en el siglo XVII en el marco del debate de la de la "pluralidad de mundos", pero continuaba siendo un asunto controvertido"

Uno de los más influyentes partidarios de la vida extraterrestre fue Bernard le Bovier de Fontenelle, que escribió "Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos" en 1686

A pesar del interés, no existe un debate registrado de cómo podríamos localizar o contactar a estos potenciales alienígenas hasta más de un siglo 
 Raulin-Cerceau del Centro Alexandre Koyre de París ha documentado los primeros intentos de comunicación con inteligencias extraterrestres (CETI), o lo que ahora se llama a menudo SETI (Search of ExtraTerrestrial Inteligence) activo.
"A comienzos del siglo XIX, los inventores imaginaban "el telégrafo celeste" un equipo para comunicarse con los supuestos habitantes de los planetas del sistema solar" escribió recientemente Raulin-Cerceau, con su colega en la revista francesa "Pour la Science".
Carl Friedrich Gauss. Crédito: Christian Albrecht Jensen

El primero de estos inventores fue el matemático alemán Carl Friedrich Gauss. En 1820 Gauss habló sobre cómo reflejar la luz solar hacia los planetas con un invento llamado heliótropo. También se le atribuye la idea de cortar un triángulo gigantesco en el bosque siberiano y plantar trigo dentro.

Raulin-Cerceau escribió: "el tamaño y al contraste del color debería haber hecho que el objeto fuera visible desde la luna o Marte, y la figura geométrica podría ser sólo interpretada como una construcción artificial".

20 años después, al astrónomo Joseph von Littrow se le ocurrió una idea similar derramara queroseno en un canal circular de 30 km de diámetro que pudiera ser encendido por la noche para advertir de nuestra presencia.
 

En la segunda mitad del siglo XIX asistimos a propuestas más realistas. En 1869 el inventor francés poeta Charles Cros imagino utilizar un espejo parabólico para enfocar la luz de lámparas electrificadas hacia Marte o Venus. El supuso que la luz podría ser interrumpida en flashes para codificar un mensaje. "Cros concibió que los planetas podrían estar habitados por series que no fueran sólo capaces de responder, sino que estaba convencido de que 'el eterno aislamiento de las esferas sería vencido'" escribió Raulin-Cerceau.



Francis Galton, explorador y científico inglés

La luz basada en el código Morse también fue considerada por él estadístico británico Francis Galton en 1896. Galton tuvo en cuenta en no dar por sentado que los marcianos tendría nuestro mismo sistema de cómputo en base 10, ya que probablemente no tendrían 10 dedos.

Alrededor de esa época, A. Mercier, miembro de la Sociedad Astronómica francesa, diseñó un plan para colocar varios reflectores en la to realice el que pudieran dirigir la luz del sol hacia Marte. También consideró el uso de la luna como una pantalla gigante para proyectar haces de luz.

¿Podrían los alienígenas haber visto cualquiera de estas manifestaciones luminosas?

Seth Shostak del Instituto SETI respondió: "depende de cuánto dinero creamos que en los marcianos se gastan en sus telescopios."
 Se asume generalmente que la radio es un medio más adecuado para la comunicación extraterrestre. Las ondas de radio son menos afectadas por el polvo cósmico que la luz visible, y hay menos ruido de fondo en las frecuencias de radio que puede interferir.

Los pioneros de la radio mostraron interés en la radio comunicación interplanetaria. En 1901, Nikola Tesla anunció haber recibido una extraña señal, posiblemente de Marte, en su torre gigante de trasmisión de Colorado Springs. 19 años después Guglielmo Marconi informó a los periodistas sobre su detección de emisiones de radio que parecían venir del espacio exterior.

Sin embargo, la transición a la radio en la búsqueda de inteligencias extraterrestres no sucedió inmediatamente.

En la década de los 20, muchas personas (incluyendo a Albert Einstein) todavía creía en que la comunicación visual era más práctico, ya que los transmisores de radio todavía no eran capaces de captar un haz de un planeta distante.

Frank Drake el moderno padre de la Búsqueda de Vida extraterrestre Inteligente (SETI)

Más adelante, los científicos se convencieron gradualmente de que Marte no tenía las condiciones apropiadas para albergar vida, de forma que cualquier posible extraterrestre probablemente vivía muy muy lejos.

Shostak explicó: "la idea de recibir mensajes de otros sistemas estelares parecía condenada al fracaso, algunas personas dijeron: 'olvidenlo'".

No fue hasta 1959 que la búsqueda de extraterrestres por radio comenzó a ser tomada en serio. En ese año Giuseppe Cocconi y Philip Morrison mostraron que los transmisores de radio de la época ya eran lo suficientemente potentes como para enviar señales a muchos años luz a través del espacio.

El razonamiento era el siguiente: si nosotros podemos hacerlo entonces los alienígenas pudieran estar haciéndolo también.

Al año siguiente, Frank Drake realizó el proyecto Ozma, el primer sondeo de radio para buscar señales de vida inteligente.

Mensaje enviado por el radiotelescopio de Arecibo

Finalmente en 1974, siglo y medio después de Gauss, Drake transmitió el primer mensaje real SETI mediante el radiotelescopio de Arecibo. Los científicos todavía esperan respuesta.

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