En la actualidad todo exégeta acepta que Jesús de Nazaret no nació el 25 de Diciembre. Y ni siquiera nació hace 1992 años. De hecho sería en el año 354 cuando las autoridades eclesiásticas decidieron asumir la festividad de Mithra (el Sol) como el día del nacimiento de Jesús.
Y es que entre todos los relatos y mitos que rodean la celebración de la Navidad, uno de los más conocidos es el de la llamada “Estrella de Belén”.
Según los relatos de Mateo y Lucas en el Nuevo Testamento, unos misteriosos personajes conocidos popularmente como los “Reyes Magos” acudieron a adorar el Mesías por una estrella misteriosa. Para rastrear el origen de los Magos de Oriente debemos remitirnos a los escritos de Herodoto, otra de las fuentes fundamentales de esta época, que describe a los Magoi como una casta de sacerdotes zoroástricos procedentes de Persia que dominaban el arte de la curación y la astrología. Aunque el poder de los Magoi se encontraba en franca decadencia, podemos suponer que mantenían intacto su prestigio como astrólogos, especialmente si tenemos en cuenta que esta práctica era muy apreciada por los romanos.
Esta misteriosa estrella ha hecho correr ríos de tinta a teólogos, exégetas, astrónomos, astrólogos, y más moderadamente, a investigadores del fenómeno OVNI. En un intento de explicar la naturaleza de ese extraño cuerpo celeste se han barajado todo tipo de hipótesis.
Los más simplistas han argumentado que la milagrosa estrella no era sino la planeta Venus. También el Cometa Halley fue acusado de ser la mítica “Estrella de Belén”; pero el Halley pasó por nuestro sistema solar en el año 11. De hecho es la representación popular de la Estrella de Belén en los abetos navideños (con apariencia de cometa con su estela luminosa). Para otros, la imposibilidad de que el Halley fuese la Estrella de Belén solo quiere decir que dicha estrella mítica era otro cometa desconocido por nuestra astronomía. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que el paso de un cometa de semejantes características por nuestra cúpula celeste no habría pasado desapercibido a los eruditos de aquella época. Y sin embargo no hay constancia de nada parecido a la Estrella de Belén catalogado como cometa.
También la hipótesis de que lo visto en Belén fuera una Supernova ha reunido numerosos partidarios. Algunos creen que la estrella podría haber sido el resultado de un evento celestial aún mayor. Kidger hasta ha identificado a un candidato, el DO Aquilae que explotó en 1927 y que seguramente ha explotado varias veces en el pasado. En caso de haber explotado hace 2.000 años, los magos la habrían visto en el este, asomándose por encima del horizonte.
Una de las diversas acepciones de la "Estrella de Belén"
Para astrólogos como Javier Armentia o Werner Keller la Estrella de Belén podría haber sido producto de una conjunción entre Saturno y Júpiter. La coincidencia de ambos planetas en el mismo lugar del firmamento podría haber dejado la apariencia de un solo objeto mucho más brillante. Un antiguo almanaque inscrito en una tabla de arcilla hallada en Babilonia y actualmente en el Museo Británico de Londres asegura que la estrella fue en realidad una inusual conjunción de planetas. Concretamente, fue una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrido en el año 7 a. C. Júpiter y Saturno se conjuntaron tres veces en el plazo de varios meses durante la constelación de Piscis, un signo asociado con Israel. Existen pruebas en el almanaque que los astrónomos persas predijeron esto. La tabla calcula la actividad solar, lunar y planetaria para ese año y describe la conjunción. Llegado hasta este punto nos preguntamos, ¿cómo es posible que una conjunción astronómica guíe a unos observadores a un lugar concreto y además se detenga sobre él?
En esto último se apoyan los ufólogos para argumentar la hipótesis OVNI para con la Estrella de Belén. Para avalar esta información se apoyan en los Evangelios Apócrifos. Puesto que en ellos existe información aún más sorprendente sobre la mítica estrella: “Y en aquel momento la estrella que habían visto el Oriente volvió de nuevo a guiarles hasta que llegaron a la cueva y se posó en la boca de esta”
En el caso de aceptar literalmente el conjunto de textos bíblicos y apócrifos como un relato veraz de lo que realmente ocurrió con la Estrella de Belén, nos encontramos ante un fenómeno aéreo muy luminoso que habría guiado a tres sabios desde algún punto de Oriente hasta una pequeña aldea judía, donde incluso habría llegado a detenerse sobre un punto concreto. Pese a todo la Estrella de Belén continúa siendo uno de los fenómenos inexplicados más importantes de la Historia.
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