jueves, 6 de diciembre de 2012

EEUU.paga por "fidelidad"


Blackwater ampara de nuevo a las tropas de EE.UU. en Afganistán
Blackwater se ha adjudicado un contrato para prestar alojamiento a las tropas estadounidenses hasta 2015.
Blackwater ampara de nuevo a las tropas de EE.UU. en Afganistán Mientras el presidente de EE.UU., Barack Obama, insiste en la necesidad de poner fin rápidamente a la guerra en Afganistán, su administración parece tener otros planes. De hecho, una entidad de la firma de seguridad privada antes conocida como Blackwater se ha adjudicado un contrato de 22 millones de dólares para prestar alojamiento a las tropas estadounidenses hasta 2015.
La empresa militar privada Academi -anteriormente conocida como Blackwater y, más recientemente, Xe- es el ganador de un contrato sin licitación que le dará la posibilidad de enriquecerse por medio de la guerra de EE.UU.

Según wired.com/dangerroom, Academi ayudará a la recientemente creada Fuerza de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales de EE.UU. en Afganistán con instalaciones de alojamiento y espacios de oficina en su enorme recinto de 10 acres en Kabul llamado Camp Integrity.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el vicepresidente Joe Biden han insistido últimamente en que la guerra de Estados Unidos en Afganistán terminará en 2014 y que todas las fuerzas combatientes serán retiradas.

Sin embargo, a pesar de la fecha establecida, el Pentágono tiene planes para mantener más de 10.000 soldados en el extranjero con el objetivo de realizar la llamada formación y operaciones de contraterrorismo con carácter preventivo. Ahora, gracias a Academi, miles de tropas dentro de las Fuerzas de Operaciones Especiales podrán alojarse en sus instalaciones.

"Hemos visto este tipo de relaciones estrechas y entrelazadas en la esfera entre las fuerzas públicas y privadas antes", dijo Peter Singer, un académico de la Institución Brookings.

"Los militares de EE.UU. y la CIA, según se informa, han contratado a estas empresas para hacer todo, desde bases de construcción, ejecución de las instalaciones y logística, hasta servir como guardia de las fuerzas en Irak y Afganistán. Llegas a un punto en el que te preguntas dónde empieza y dónde acaba el papel de los militares estadounidenses y de los militares privados. Pero para mí, la cuestión de interés es: ¿qué hemos aprendido realmente a partir de estas experiencias pasadas?".

EE.UU. 'paga' un alto precio por la fidelidad de los ejércitos extranjeros
Washington ha asignado más de 6.000 millones de dólares solo durante 2012 para financiar el entrenamiento de militares extranjeros, según datos del Departamento de Estado, que sostiene que invertir en las fuerzas armadas de otras naciones ayuda a construir mejores alianzas y promover los intereses norteamericanos más allá de las fronteras de EE.UU.
“Desde el punto de vista del Gobierno de Washington, es muy útil tener militares de otros países integrados en el Ejército de Estados Unidos. Reciben entrenamiento, equipamiento, armas, es el equipo completo, lo reciben todo”, asegura Brian Becker, el coordinador de la coalición Answer.

Siguiendo con esta línea de operación, EE.UU. planifica dejar unas 10.000 tropas en Afganistán para seguir entrenando a las fuerzas militares nacionales y emprender operaciones especiales después de 2014, año en que Washington supuestamente debe retirar todas sus filas del país.

“Diría que el entrenamiento de tropas, especialmente en Irak y Afganistán, es algo catastrófico. Se basa en la siguiente fantasía: si EE.UU. compra los uniformes, proporciona las armas y entrena a los soldados, estos de alguna manera se van a convertir en fuerzas confiables. Se puede ver en el caso de Afganistán, los gobiernos están unidos, los gobiernos son socios, pero las tropas afganas no consideran a los estadounidenses como amigos. De hecho, los ven como unos extraños que ocupan su país”.

Libia es otro destino para los ejércitos subsidiarios de EE.UU. La Administración de Obama obtuvo permiso para asignar dinero a la división especial de este país. Unos 500 soldados estarán involucrados en el entrenamiento de las fuerzas armadas locales. No obstante, el objetivo de este programa puede ser mucho más pragmático que enseñar a combatir al Ejército libio.

“Este entrenamiento es muy interesante porque no se trata de enseñar a la gente a utilizar armas o el nuevo equipamiento, en realidad se trata de adoctrinar. Y sin duda, la ayuda es una de las herramientas que usa Estados Unidos y que les ha funcionado muy bien. Así se aseguran de que las élites de estos países son leales a Estados Unidos. Son leales en términos de política exterior, les abren sus economías y reciben a sus multinacionales", señala el periodista Neil Clark.

De acuerdo con los líderes paramilitares, un equipo de estadounidenses ya está a la búsqueda de posibles reclutas en Libia. Sin embargo, el hecho de que la nación esté dividida podría ser un problema y obstaculizaría seriamente los planes de Washington.

“No hay ningún ejército en Libia y no lo va a haber porque, cada vez que se intenta, se crean milicias que tienen lealtad a una tribu, una secta o religión en lugar de al país. Uno no puede crear un ejército (de la nada)”.

La idea de los ejércitos subsidiarios no surgió recientemente. En la Escuela de las Américas, en EE.UU., se entrenaba a los militares de países latinoamericanos. Ahora los defensores de derechos humanos denuncian que los graduados de la apodada 'escuela de la muerte' torturaron e incluso asesinaron a miles de compatriotas. Varios países de la región decidieron terminar su cooperación con esa entidad, lo que podría suponer que en un futuro próximo otras naciones decidan también cortar sus relaciones con dicha escuela militar.

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