La reconquista de las favelas de Río.
Brasil tiene un serio problema de violencia urbana, y como en otros países de latinoamérica, la pobreza y las desigualdades sociales son causas generadoras de este fenómeno. Los homicidios constituyen la primera causa de muerte entre los individuos de 15 y 44 años. La situación en Río de Janeiro, que encabeza las estadísticas de homicidios en Brasil, se considera peor que el conflicto palestino-israelí. Entre 1979 y el año 2000, 48.000 personas murieron en Río por arma de fuego. La mayoría de estas muertes tiene lugar en las favelas y no suele afectar demasiado al resto de la población carioca.
Pero en Brasil, a pesar de la violencia, existen diferencias importantes respecto a otros países latinoamericanos. Con una población de ciento noventa millones de habitantes, a la novena economía del Mundo se la considera, desde hace tiempo, como una potencia emergente. Su situación política es más estable que la de otros países de su entorno.
Entre los retos a los que se ha de enfrentar próximamente se encuentra la organización del Mundial de Fútbol del año 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Río de Janeiro será un inmenso escaparate de las posibilidades brasileñas. Está en juego el liderazgo en la región y su capacidad como potencia mundial. ¿Son compatibles estas intenciones con la situación de violencia en las favelas?, parece que no.
Las favelas de Río, esas infraviviendas construidas por la población pobre en el núcleo urbano y sus alrededores, se asientan mayoritariamente en las inaccesibles colinas (conocidas como morros) que surcan la orografía de la ciudad. Se estima que uno de cada seis habitantes de Río vive en las favelas. Esto supone la enorme cifra de un millón de individuos. Muchos de estos barrios de favelas se encuentran muy cerca de barrios residenciales. Riqueza y pobreza una al lado de la otra.
Desde hace demasiado tiempo, los diferentes gobiernos de la ciudad decidieron ignorar estas favelas. No existía el gobierno allí, no había infraestructuras básicas. El alcantarillado, la luz, o el pavimentado de las calles brillaban por su ausencia. Los residentes de las favelas aprendieron que si querían algo debían procurárselo ellos mismos.
Aunque siempre ha existido delincuencia en las favelas, el factor multiplicador fue la droga. Al calor de la misma surgieron los 3 principales grupos criminales que controlan las favelas de Río: Comando Vermelho (CV), Terceiro Comando (TC) y Amigos dos Amigos (ADA). Al principio, las favelas eran zonas de paso de la cocaína colombiana, pero con el tiempo se fue generando un mercado de consumidores en la propia ciudad. Los narcos vivían y traficaban en las “bocas de fumo” de las favelas (puntos de venta de droga). Los narcos necesitaban la cobertura de los moradores de la favela, a cambio ellos facilitarían esos servicios que no daban las autoridades. Procuraban la llegada de la luz eléctrica y el agua potable, pagaban alcantarillados e incluso impartían justicia en las favelas.
Las autoridades miraban hacia otro lado y renunciaban a que la ley y el orden hicieran acto de presencia en las favelas. Tan solo pedían a los narcos que controlaran que la delincuencia no se desparramara desde las laderas de los “morros” hacia toda la ciudad. La clásica táctica del avestruz, de vive y deja vivir o de mirar hacia otro lado. ¿Es buena idea?, creo que no. La lamentable situación que se vive actualmente en México se debe a que durante demasiado tiempo se cohabitó con el narco. Ahora se pagan las consecuencias, cuando la bestia es indomable.
A lo que íbamos, se miraba hacia otro lado pero también se cobraba del narco. Estamos hablando de que, en muchos sectores gubernamentales y policiales, existía (y existe) una gran corrupción. Los pagos de los narcos a funcionarios, jueces, policías, militares y políticos constituían parte del paisaje carioca. Cuando a la corrupción se suma la ineficacia aparecen datos extremecedores, como el hecho de que tan solo se esclarecen el 1.5% de los homicidios de Río.
Brasil, y la ciudad de Río como uno de sus máximos exponentes, anhela salir de esa espiral negativista de delincuencia, injusticia y pobreza. Para ello el primer paso debe ser reconquistar las favelas. Y en ello andan, aprovechando el rebufo de olimpiadas y mundiales.
El último intento se llama Unidades de Policía Pacificadora (UPP), y se basa en lecciones aprendidas de la experiencia colombiana en las ciudades de Bogotá y Medellín. El programa se implantó en diciembre de 2007 y tiene entre sus objetivos el retomar el control de las favelas y devolver la paz y la seguridad a sus habitantes. No pretende ser la solución para todos los males de la ciudad, ni borrar del mapa toda la delincuencia y el narcotráfico. Es más realista.
La intervención en las favelas se divide en varias fases. En primer lugar la unidad especial conocida como BOPE (los de la película Tropa de Élite) arrebata el territorio de la favela a los grupos criminales, hace arrestos e incautaciones de armas y droga. En una segunda fase se continúa con la fuerte presión y presencia en la zona, haciendo más arrestos e incautaciones, a veces con ayuda militar. En una tercera fase, una vez pacificada la zona, se implantan las UPP. Finalmente se traen servicios sociales, infraestructuras e inversiones a las “nuevas favelas”.
Esta táctica se ha implementado en numerosas favelas con cierto éxito. Cada vez más acorralados ante el avance de las UPP, los narcos del “Comando Vermelho” se aliaron con “Amigos de los Amigos”, antes una facción archienemiga, y organizaron acciones de tipo terrorista, con incendios de autobuses y tiroteo de edificios públicos , para protestar contra el avance de tales “milicias”. Una muestra del deterioro de su poder.
En noviembre de 2010 se decidió intervenir en el peligroso territorio Complexo Alemão, que acoge a cerca de 60.000 habitantes al norte de la ciudad. Se dio un ultimátum a los criminales para que se entregaran con sus armas. Cerca de 2.600 hombres, entre soldados y policías militares, civiles y federales, respaldados por vehículos blindados y helicópteros, avanzaron con algunos tiroteos pero con bastante menos resistencia de la esperada.
Dado que las autoridades avisan con antelación de estas operaciones, algunas voces críticas argumentan que los principales narcos consiguen eludir los cercos y evitar las detenciones, trasladándose a otras favelas desde las que actuar. Escarmentados, los diversos cuerpos policiales, especialmente la policía federal, ha dedicado un mayor esfuerzo a detener a los cabecillas. Fruto de este intenso trabajo ha sido la reciente detención el nueve de noviembre de 2011 del mítico narco Antonio Francisco Lopes Bonfim, alias NEM, uno de los jefes del grupo criminal Amigos dos Amigos y auténtico dueño y señor de la conocida favela Rocinha. Su detención, fruto de un gran trabajo de inteligencia con escuchas telefónicas, se produjo pocos días antes de la fecha en la que está prevista la ocupación policial de la favela Rocinha. Tratando de eludir la acción policial, él y otros narcos, intentaron huir con la cobertura de un grupo de policías corruptos. Todos fueron detenidos y NEM, otrora orgulloso capo, fue interceptado escondido en el maletero de un coche.
Los cariocas están decididos a acabar con los narcos y la violencia que afecta a su ciudad. No será fácil, pero afrontan el problema de cara y sin culpar a terceros países de sus propios males. Les deseamos lo mejor. Se lo merecen.
PDF. Pacification_of_Favelas_in_Rio_de_Janeiro
PDF. Conflict in Brazil 2005
En la sección de vídeos hay otros vídeos muy interesantes sobre narcos de las favelas.
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