de Franco.
El operativo de ETA en Madrid para asesinar al presidente Luis Carrero Blanco contó con la participación de más de 30 militantes, al margen de colaboradores de la extrema izquierda que se oponían al Régimen. Según EL MUNDO, que ha tenido acceso a los archivos policiales de la época, una persona próxima a la escritora Eva Forest y vinculada a la Platajunta fue la que facilitó a los terroristas la información de que el delfín de Franco asistíCuando se cumplen 39 años del asesinato de Carrero Blanco EL MUNDO desvela nuevos datos sobre los preparativos de ETA en Madrid y de la denominada 'operación Ogro'. Tres décadas después persisten numerosas incógnitas en torno al magnicidio de quien iba a ser el sustituto a todos los días a misa la misma hora y sin apenas escolta. mis La información facilitada al comando de ETA por esta persona, de quien se sigue desconociendo su identidad 30 años después, supuso la muerte del entonces vicepresidente del Gobierno y protector del Régimen franquista cuando desapareciera el Caudillo. ETA proyecta primero un plan para secuestrarle, pero cuando es ascendido a presidente del Gobierno el 9 de junio de 1973 y aumenta su protección, la banda opta por el asesinato.
Argala y Wilson llevaban en Madrid desde abril de 1972 realizando la misión de captación de información para futuros atentados. Genoveva Forest, que comenzaba a ser conocida como La Rubia por su melena dorada, decidió colaborar con los militantes de ETA dando cobijo a Argala en su casa y a Wilson en el domicilio de la actriz Mari Paz Ballesteros.
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Todos los miembros de la Coordinadora de ETA (Pertur, Sabin, Serrano Izko, Goiburu Mendizábal, Esperanza Goikoetxea Icharro y Múgica Arregui) se trasladaron a Madrid para participar en la misión inicial de secuestrar a Carrero. En unos días, ETA desplazó a Madrid a más de 30 terroristas que se movían por la capital impunemente, sin que las Fuerzas de Seguridad detectaran su presencia.
A las 9.28 horas del 20 de diciembre, los terroristas accionaron los 50 kilos de explosivos almacenados en el túnel al paso del Dodge Dart 3.700 por el número 104 de la calle Claudio Coello. La deflagración hizo que el automóvil saliera despedido a una altura de más de cinco pisos, salvara la azotea de San Francisco de Borja y cayera sobre su terraza interior. El presidente Carrero, el conductor Pérez Mogena y el inspector Bueno fallecieron en el acto.
En las horas siguientes, las Fuerzas de Seguridad del Estado, asesoradas por el Jefe Superior de Bilbao, José Sáinz González, comenzaron a identificar a todos los miembros del comando. Era una labor estéril, porque unos se hallaban en Francia y los autores materiales se encontraban encerrados en un zulo.
a y sin apenas escolta.
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