viernes, 30 de agosto de 2013

¿Fue una operación humanitaria o una invasión?




Haití tiene una larga historia de intervenciones y ocupaciones militares estadounidenses que data de principios del siglo XX. El intervencionismo estadounidense ha contribuido a la destrucción de la economía nacional de Haití y al empobrecimiento de su población.
Se ha intentado borrar la historia de Haití y su pasado colonial.

El ejército de EEUU ha venido al rescate de una empobrecida nación. ¿Cuál es su fin?¿Es una operación humanitaria o una invasión?

Sin embargo, el componente militar de la misión estadounidense tiende a eclipsar las funciones civiles de rescatar a una población desesperada y empobrecida. No son las agencias gubernamentales civiles, como FEMA o USAID quienes están dirigiendo a operación humanitaria global, sino el Pentágono.

Se está contemplando un despliegue masivo de personal militar. El Almirante Mike Mullen, ha confirmado que EEUU enviará de nueve a diez mil soldados a Haití, incluyendo 2.000 marines
A diferencia de los equipos de rescate y ayuda enviados por varios equipos y organizaciones civiles, el mandato humanitario del ejército de EEUU no está claramente definido.

En definitiva, los marines son ante todo guerreros, y eso es lo que el mundo sabe de ellos…pero somos igualmente compasivos cuando tenemos que serlo, y ese es un papel que nos gustaría desempeñar: el de guerreros compasivos que llegan con la mano extendida para ayudar a quien lo necesite. Estamos entusiasmados con esta misión.


Lo que los grandes medios no te contarán: Parte del sufrimiento de Haití es “Made in USA”


Parte del sufrimiento de Haití es verdaderamente “Made in USA”. Si bien un terremoto así habría causado daños en cualquier país, las acciones llevadas a cabo por los Estados Unidos ciertamente han extremado esos daños en Haití.

¿Cómo? Solamente en el último decenio los Estados Unidos han recortado la asistencia humanitaria a Haití, bloqueado préstamos internacionales, forzado su gobierno a contraerse, arruinado decenas de miles de pequeños agricultores y reemplazado el gobierno por ONG privadas.

¿El resultado? Pequeños agricultores han sido forzados por el hambre a abandonar los campos y emigrar a las ciudades, en cuyos montes se han construido refugios baratos. Los fondos internacionales para carreteras, educación y sanidad han sido obstruidos por los Estados Unidos. Y el dinero que al final entra en el país acaba en las manos no del gobierno, sino de corporaciones privadas. De esa forma, el gobierno de Haití carece prácticamente de cualquier capacidad para ofrecer asistencia a su propio pueblo en tiempos normales –y mucho menos para encarar un verdadero desastre como el actual.

Algunos pormenores referentes a los últimos años.

En 2004 los Estados Unidos ampararon un golpe contra el presidente democráticamente elegido de Haití, Jean Bertrand Aristide, que se insiere dentro de una larga tradición en la que los Estados Unidos son los que deciden quién van a gobernar el país más pobre del hemisferio. Ningún gobierno en Haití puede subsistir sin el consentimiento de los Estados Unidos.
En 2001, cuando los Estados Unidos estaban enfurecidos con el presidente de Haití, lideraron exitosamente un esfuerzo para congelar 148 millones de dólares para ayudas ya aprobadas, además de varios cientos de millones en préstamos potenciales del Banco Interamericano de Desarrollo para Haití. Fondos que tenían como objetivo mejorar la educación, la sanidad pública y las carreteras.

Durante la mayor parte del período 2001-2004 los Estados Unidos hicieron hincapié en que todos los fondos internacionales enviados a Haití tendrían que pasar por las manos de organizaciones no gubernamentales. Fondos deberían utilizarse para ofrecer servicios gubernamentales fueron entonces desviados, cercenando de esa forma la capacidad del gobierno de proporcionar ayuda.

Durante años los Estados Unidos han contribuido a la ruina de pequeños agricultores haitianos a través del dumping en el mercado haitiano de arroz estadounidense fuertemente subsidiado, tornando extremadamente difícil la supervivencia de esos agricultores. Eso se hizo para ayudar a los agricultores de EEUU. ¿Y los agricultores haitianos? Esos no votan en las elecciones estadounidenses.
Los que visitan Haití pueden comprobar que vehículos de turismo grandes suelen ostentar calcomanías de las ONG. Las mayores oficinas pertenecen a grupos privados que realizan tareas básicas de gobierno –sanidad, educación, respuesta a desastres-. Y todos están vigilados no por la policía, sino por agentes de seguridad fuertemente militarizados.

El gobierno ha sido sistemáticamente desprovisto de fondos. El sector público se ha desvanecido. La población desfavorecida se ha marchado a las ciudades.

No existen unidades de rescate. Hay poca disponibilidad de sanidad pública.

Entonces, cuando la catástrofe irrumpió, la población de Haití estaba sola. Podemos verlos arrimando el hombro. Podemos observar cómo lo intentan. Son valientes, generosos e innovadores, peros los voluntarios no pueden sustituir al gobierno. En consecuencia la gente sufre y muere en cantidades superiores a las inevitables.

Los resultados están a la vista de todos. Trágicamente, una gran parte del sufrimiento causado por el terremoto es “Made in USA”.Centremonos ahora en la gran mentira..
La polémica se ha desatado a consecuencia de la posibilidad de que el origen del terremoto en Haití haya sido engendrado artificialmente, pero antes de abordar el tema, necesitamos hacer algunas precisiones. Efectivamente, el armamento sísmico existe y los EEUU, entre otros países, lo posee. Sí, las fuerzas estadounidenses estaban listas y pre-posicionadas para desplegarse sobre la isla. Todo esto es insuficiente para sacar una conclusión, pero vale la pena de comenzar el debate y la reflexión.
Publicando el artículo «¿Han los Estados Unidos provocado el terremoto en Haití?», nuestro objetivo no era de difundir una interrogante que agita e inquieta a los medios militares y mediáticos en algunos países, pero que curiosamente es ignorado en muchos otros más por su gran prensa comercial. Tomar una posición al respecto no es lo primordial. Simplemente, lo que queremos demostrar, siguiendo nuestro viejo y fiel método, -incluso si a veces es mal comprendido-, que consideramos que sólo se pueden comprender las relaciones internacionales estudiando aquello que piensan en sus cabezas los dirigentes del planeta.
El conformismo actual ha hecho posible hoy, que mientras se haga una cobertura mediática acerca de los debates políticos en curso en Washington, nadie se molesta de esto, pero cuando nosotros damos cobertura y difundimos los debates u otras informaciones políticas de los países no-alineados, asistimos a una especie de ajusticiamiento informativo en Europa los grupos de poder gritan al escándalo y levantan sus escudos y se ponen a la defensiva acusándonos de cualquier cosa. Todo se pasa como si los Europeos juzgaran a priori que las únicas problemáticas «occidentales» son pertinentes y que las otras son pura locura.
Se intentó ubicar la raíz de la imputación según la cual el terremoto en Haití podría ser de origen artificial, se preocupó sobre todo por saber si esta información no era más que una simple intoxicación desinformación introducida por un tal David Booth y que se habría propagado en los círculos gubernamentales en el mundo. En definitiva, nosotros no sabemos con certitud quien es la fuente inicial de esta información, pero si sabemos que este asunto y cuestión, se debate actualmente al más alto nivel en varios países de América Latina, de Europa Oriental y en Asia.

No nos dejemos intimidar por esta manipulación.

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